“Todos los hombres pueden ver las tácticas, pero lo que nadie puede ver es la estrategia que hace que de estas observaciones evolucione la victoria”, frase de Sun Tzu (El arte de la guerra).
Lo que recién vimos en el Gran Premio de Fórmula Uno en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, fue un gran duelo de estrategia entre los equipos Red Bull y Mercedes, y que al final la mejor ejecutada fue por los pilotos Max Verstappen y Sergio “Checo Pérez.
La coronación del holandés, ahora llamado “Súper Max” fue presidida por un buen trabajo en pista del mexicano “Checo” Pérez, lo que le valió que su compañero en plena carrera lo llamara “eres una leyenda”.
Pero vamos por partes, sin el apasionamiento de que si Max o el inglés Lewis Hamilton es mejor, quién merecía ganar o quien tuvo mejor desempeño, recordemos que la Fórmula Uno, llamada el “Gran Circo” es un gran negocio global y los equipos recuren a todos los recursos habidos y por haber para estar en la cima.
La definición técnica de Estrategia es conocida como: “Un procedimiento dispuesto para la toma de decisiones y/o para accionar frente a un determinado escenario. Esto, buscando alcanzar uno o varios objetivos previamente definidos.
Con lo anterior podemos decifrar la estrategia que fue desplegando Red Bull en la última carrera de la temporada 2021, con un Verstappen que desde la calificación cambio por completo su perspectiva y dejó de lado su modo agresivo y apareció con un semblante más tranquilo.
Logró la posición de privilegio en la arrancada y decidieron usar neumáticos rojos, detrás de él Hamilton quién lo haría con neumáticos medios, ya desde aquí el planteamiento de los equipos era diferente.
Luego vendría la carrera, contra lo que la mayoría pensaba de que Max dominaría la arrancada apareció la experiencia y “colmillo” de Ham para irse adelante desde el principio y empezar a ganar terreno vuelta tras vuelta.
Nadie podía imaginar que las cosas sucederían así, muchos menos lo que estaría por venir y la carrera se convirtió en momentos en sonrisas para los seguidores de Hamilton y desesperación para los de Max que sólo observaban como el holandés se quedaba atrás en cada giro.
Pero es aquí donde la estrategia cambiaba constantemente, sobre todo en Red Bull, y llaman a Max para entrar a pits a cambiar llantas, seguido un giro después por Hamilton y el mexicano se quedó como líder.
Cuando vuelven a la pista, Ham tenía una ventaja de 12 segundos sobre Max, pero aquí entra otra orden de equipo y Checo aún con los neumáticos iniciales, hace la labor de equipo, enfrenta los embates de Hamilton y logra contenerlo para reducir la ventaja para Verstappen a sólo dos segundos, misión cumplida entra a su cambio de neumáticos.
Pese a lo anterior Hamilton volvía a incrementar la ventaja sobre Max y la tensión aumenta a menos de siete giros por terminar cuando se encuentran con un “trenecito” de cuatro autos por rebasar, el líder lo logra y el holandés se queda más rezagado y hasta aquí parecía sellada la carrera.
Pero un repentino accidente de Nicolas Lafitti, piloto de Williams, quien se va contra la barrera a seis vueltas del final, causa la aparición del auto insignia, y la estrategia cambia de nuevo en Red Bull, más no así en Mercedes, Max entra a pits por neumáticos rojos, lo mismo hizo Pérez, pero al faltar tres vueltas el mexicano se retira por problemas con su motor.
El tiempo transcurría y parecía que la carrera terminaría con auto insignia, pero en el último giro sale de pista y la justa se reanuda, y se convierte en una carrera de 90 segundos con Hamilton al frente, Max en segundo, pero el cambio de neumáticos lo favoreció para ir con seguridad por el rebase definitivo y esto le valió para ganar la carrera y el título de campeón.
Fue así como la estrategia de Red Bull funcionó mejor que la de Mercedes y el resto de la historia ya todos los seguidores de la Fórmula Uno la conocen.