Jaime Lozano es un experimento, llamar a jugadores con potencial, pero sin un presente que avale su convocatoria, otro experimento; no tener descenso, otro experimento a conveniencia, no jugar Libertadores para tener un nivel de competencia mayor, adivinen…otro experimento.
La Liga MX, la Federación Mexicana, ejemplo del modo mexicano, respondiendo a intereses particulares que no abonan a un desarrollo colectivo, pero a la vez con la necesidad de mantener un cierto nivel de resultados para no perder el negocio que ahora se está desplomando porque ni el técnico ni los jugadores saben a que juegan, y se pasan sandías en lugar de balones.
Teniendo a Uruguay y Brasil, en el primer juego jugaron “suplentes”, si así les podemos llamar, y en el segundo lo que en este momento se consideran titulares, lo que mostró que no tenemos para jugar con 2 selecciones distintas, simplemente se puede formar 1 cuadro de 11 medianamente competitivo.
Esta generación se saltó el gen del talento, y, sobre todo, de la competitividad. Los extranjeros brillan en la Liga MX, y antes de despotricar versus la regla de tanto extranjero, me cuestionaría como aficionado sin en aras de tener mas seleccionados decentes, pagaría un boleto por ver menos calidad, mi respuesta es no.
Como aficionado, no estoy consumiendo un producto por beneficencia, para que un montón de chavos ganen millones y yo tenga que cuidar pesitos por gastar 200 pesos en estacionamiento, mínimo 600 en un boleto “barato” y otros por lo menos 500 en comida en el estadio, y súmele la transportación y el tiempo gastado.
México ha dejado de competir, los jugadores aprendieron como haciendo planas a repetir el mismo juego una y otra vez, porque simplemente se reúnen cada semana a jugar contra los mismos, como si estuvieran en el llano y se juntaran los equipos; ya sabes que van a hacer. Se perdió el roce contra mejores jugadores como Libertadores, Sudamericana para jugar cada 5 minutos contra los “gringos” y sus dólares, que si bien han mejorado en selección (mediocre por igual, por cierto), pero su liga es con excepción de proyectos serios, meramente para el show con mezcla de chavos de las universidades, jugadores en retiro y latinos con hambre de dinero más que de proyección deportiva.
La liga y la selección son dos temas distintos, no deberían planearse como uno solo, mientras la visión mexicana sea jugar en su propia liga, sin arriesgarse a “invadir” otros lares, quedaremos con menos de 20 equipos como opción de carrera para miles de jugadores que potencialmente podrían desarrollarse, por lo que tienen que ver más allá incluso de Estados Unidos e inundar de pateabalones otras latitudes, ofreciendo calidad, algo que por ahora parece escaso.
Los sudamericanos son cotizados porque te dan algo que los nuestros no, y no salgamos con los “huevos”, el “hambre” y cosas por el estilo, tienen una preparación mejor que es más sencilla de pulir por los profesionales europeos y del mundo, mientras que la enseñanza azteca esta plagada de ex jugadores que cuentan los pesitos de escuelitas oficiales sin tener un bagaje de como desarrollar talentos, pensando más en cobrar cuotas que en generar futbolistas profesionales, por lo que los niños crecen con la mentalidad mediocre y sin fundamentos.
México siempre ha tenido potencial, falta preparación, menos “expertos” del micrófono y más desarrolladores desde las infantiles que ganen bien como para vivir de eso y no busquen trofeos en la categoría Pee Wee.
Que tan caro sería mandar algunas decenas de personas que se entrenen en Europa y vuelvan a comenzar un movimiento desde abajo, estilo Bielsa, profesionales dedicados día a día a mejorar a la niñez desde la mentalidad, el físico, la alimentación y sobre todo, patear bien el balón; porque la materia prima de ahora parece no brillar mucho como para pagar los millones por un mexicano que te traería a 2 o 3 argentinos mejores.
Se viene la Copa América, luego la del Mundo y mientras seguiremos con el placebo de la liguilla local, donde ya todos saben que enfrentan, sin tener que desarrollar la mente enfrentando aquellas batallas épicas en Sudamérica donde estuvimos a punto de ganar Libertadores, y ganamos una Sudamericana.
Quien tomará la batuta para cambiar una Federación que responde a un hijo de alguien, a un empresario lagunero, a otro que en Hidalgo hace algo, pero siempre pidiendo de los impuestos.
En regiolandia nos preocupamos por nosotros, los demás nos valen, por ahí ni le busquen. Mientras mejor voy al cine, al menos tiene clima y sale más barato.
¡Saludos desde el sillón!