No sé que habrán dicho los medios deportivos locales respecto a este tema… pero el arbitraje del partido Tigres-Rayadas favoreció al cuadro felino.
Poner a un silbante que no sabe aplicar las reglas, es sumamente peligroso y temerario. Una mano clara que debió marcarse como penal en el área de Tigres la dejó pasar. No sé si la vio o no la vio, pero no la marcó. Si no la vio está mal, pero si la vio y no la quiso marcar, está peor.
Mayor debió ser expulsada por la agresión a Diana García en una jugada enfrente del árbitro que no quiso señalar.
De haber sido expulsada Mayor no hubiera anotado el gol que le dio la igualada a Tigres. Mayor es una tipa muy rijosa y todo reclama en muy mal tono con una pésima actitud y los silbantes y abanderadas se dejan intimidar por ella.
Aún sin esa agresión, debió irse mucho antes por su reiterados reclamos, que exhibieron la incapacidad y la falta de carácter del árbitro, amén de la falta de conocimiento para aplicar el reglamento.
La falta de Bernal fue bien sancionada con amarilla, aunque fue muy aparatosa y Ovalle es una teatrera, no le pegó, apenas le daría un rozón y el tachón apenas logró estirarle el pantaloncillo, pero no le pegó.
En lo futbolístico, Rayadas dio ventajas porque jugó con su defensora más lenta ( Flores) contra la atacante más veloz (Sánchez) y con una centro delantera que pareciera haber apostado contra las de azul y blanco tirando punterazos, fallando sola frente a la portera y llegando tarde… Tigres es tan sobrado de recursos que tiene para anotar en la portería rival y ponerle emoción, anotando en la propia…
Si Rayadas solo tiene tres o cuatro chicas que saben jugar bien al futbol, sería cuestión de unos días para ver coronarse –otra vez– a Tigres.