Primero tengo que felicitar al club Columbus Crew. Desde el juego de ida nos dimos cuenta que nos dieron una paseada y debió ser un marcador a favor de ellos sin duda.
En el partido de vuelta vi cosas que no me cuadraron, jugadores descansados con calambres, fallas de André Pierre Gignac a boca de jarro, bueno, ha fallado muchas así y seguirá fallando mientras no se retire.
Siendo honestos, Columbus realizó un gran partido a pesar del oso mayúsculo que hizo su portero Patrick Schulte al minuto 2 que Gignac aprovechó de gran manera para definir dentro del área y poner el 1-0 y 2-1 en el global.
Al 44 cuando Marcelo Flores intentó un pase en profundidad, André-Pierre Gignac estaba en posición adelantada pero el mexicano pudo haber definido por su cuenta.
Pareciera que adrede fallaban. Son profesionales, errores así son de primaria; no fue de esos partidos que la pelota no quiso entrar por culpa del arquero o de los palos. No, yo soy muy mal pensado. Vi a Gignac fallar, ok, lo que me sorprendió fue la actitud de el después de tener un monstruo de error.
El gran héroe de la tanda de penales fue el arquero del Crew, Patrick Schulte, quien atajó dos penales de los líderes en la tanda para asegurar su pase a las semifinales.
Sin quitar mérito al arquero, mis respetos, pero lo primero que se me vino a la cabeza fue: estos jugadores no desearon seguir con el traqueteo de tanto viaje y tantos juegos tan seguidos. Estoy seguro que Robert Dante Siboldi fue cómplice de bajarse del autobús del Mundial de Clubes.
Puedo dar varios ejemplos de los cambios que hizo, o que no deseó hacer, cambios lógicos, no absurdos, timoratos, intrinsicos, patéticos, en fin, vi en una imagen de TV a Nahúel Guzmán comiendo palomitas como si estuviera en el cine, tranquilo, sonriente.
Me hice la pregunta: ¿por qué está tan tranquilo y nosotros al borde de la butaca y comiéndonos las uñas?
Un ambiente muy raro, turbio, obscuro, desde que no vi en la alineación a Carioca, para que les escribo las malas palabras que le grite a Siboldi, no es justificación, el Columbus es un gran equipo y nos ganó,
pero con la complicidad de los líderes y su director tecnico.
Lo único que puede salvar está campaña al cuerpo técnico de Tigres es ganar la final del futbol mexicano, que decepción me llevé de mis admirados Tigres. Estoy agüitado, tenemos jugadores líderes que se cansan con dos torneos al mismo tiempo, es la edad, sí, ya están viejitos. Retírence con honor.
Muchas gracias por la gentileza de su atención, y reciban un cordial saludo desde las aguas azul turquesa del Caribe Mexicano.