La Unión Europea de Futbol dio un gran campanazo noticioso al anunciar que premiará a diez mil verdaderos aficionados de los dos equipos que protagonizarán la Final de la Liga de Campeones, y cuya fidelidad a sus colores no deje lugar a dudas. Ese sorprendente regalo se trata de un gesto ejemplar de los dirigentes para que cinco mil seguidores de cada uno de los finalistas entren gratis el próximo 28 de mayo al estadio de San Petesburgo en Rusia.
Los periodistas deberán confirmar que esta promoción tiene toda la seriedad del mundo y no se trata de una versión al vapor ni de una broma de las que en nuestro México tienen lugar cada 28 de diciembre, día de los santos inocentes. Qué va. Desde ahora no dudamos que los boletos de entrada al estadio serán entregados con toda oportunidad a los eufóricos futboleros que irán a apoyar a sus escuadras, con la esperanza de ser testigos de un campeonato soñado.
“Los aficionados son el alma del deporte”… Me gusta tan elocuente y certera frase. Y escrita en un comunicado por Alexander Ceferin, presidente de la EUFA, suena más contundente. No se trata de un desplante demagógico o de un plan de acarreo con una simulada promoción al “dos por uno”. Nada de eso. Son boletos de obsequio, en busca de estimular la asistencia desde países lejanos a la sede de esta Final y quienes deben ser protegidos de los revendedores que saben explotar muy la euforia de los auténticos seguidores de sus equipos. Cae de perlas, desde luego, porque no habrá muchos aficionados locales pero sí gente de todas partes de Europa por la calidad de juego en la Final y por vivir una experiencia inigualable en una ciudad turística por excelencia.
“Pensamos que sería una buena forma de reconocer las dificultades que han experimentado en los últimos dos años, y a pesar de ello han logrado alentar a sus equipos y vivir su pasión, aunque fuera lejos de sus estadios” — fueron el sello de estas insólitas palabras del máximo jerarca de los clubes europeos, al anunciar que estas entradas estarán en mejores manos que en las de patrocinadores o directivos. Y también dio a conocer que se repartirán ocho mil boletos gratis entre los finalistas de la Liga de Europa en Budapest, Hungría, y otros seis mil para la Final de la edición inaugural de la Europe Conference League en Tirane, Albania.
Además, seis mil aficionados podrán entrar gratis también a la Final de la Champion femenina en Turín, Italia, el próximo 22 de mayo. Órale. Ya se hizo que esta generosidad podrá replicarse un día por estas tierras aztecas en eventos multitudinarios, ahora que está bajando el contagio del maldito virus que nos azotó en estos dos años.
Pero no se crea usted, estimado lector, que es el único gesto ejemplar digno de repetirse en el futbol soccer. Porque también hay que enaltecer el “fair play” ejercido por nuestro Luis “Chapito” Montes, del equipo de León, el domingo 13 en la cancha de los Pumas en la ciudad de México. Lo vimos por televisión y pensamos que haría el circo de siempre de sus colegas cuando apenas reciben un golpe y se revuelcan o lloran frotándose el rostro para que expulsen al “agresor” y el equipo de este se quede con un jugador menos.
“No seas hombre” –dicen irónicamente sus pares del futbol femenil a sus compañeras caídas en el césped cuando sospechan que están recurriendo a una de estas payasadas a fin de impresionar al árbitro. “No hagas circo”. Y, en efecto, da gusto ver cómo las chicas aguantan trancazos en serio y solamente se soban después de un encontronazo o si son derribadas se levantan de inmediato, por muy “calientes” que anden o tengan ganas de aprovechar el recurso del simulacro para sacar raja de él a favor de su equipo.
En cambio, en el “juego del hombre” hay jugadores que son descubiertos por la cámara televisiva reclamando una falta que no es y se agarran una parte del cuerpo en que ni siquiera sintieron un pequeño roce. Ruedan como el balón, imploran justicia y si no les hace caso el juez, simplemente vuelven a su rutina corriendo como si nada, cuando los aficionados se fueron con la finta que podrían sacarlos de la cancha en camilla. Mucho teatro para llamar la atención al hacerse las víctimas de rudeza inexistente.
Por eso debemos elogiar la honestidad del “Chapito” Montes al poner el ejemplo a sus colegas, para ya dejen de fingir como buen truco al momento de una pequeña falta. El mediocampista del León tuvo la dignidad de salvar al jugador de Pumas que ya había recibido la tarjeta roja. El árbitro creyó el detallazo del ídolo leonés y finalmente paró la expulsión. El equipo del mediocampista finalmente perdió, pero él ganó un reconocimiento múltiple por su conducta recta.