Con mucha conmoción nos tomó al mundo del físicoculturismo la muerte repentina de uno de los mejores del mundo, latinoamericano de origen y amigo de México. Gustavo Badell nos dejó en shock con su partida a los 50 años de edad.
De pronto este miércoles las redes sociales comenzaron a publicar la mala noticia sobre el deceso del Freaking Rican, venezolano-portorriqueño que hizo su gran carrera deportiva en los Estados Unidos en las décadas de los 90’s y los 2000, habiendo sido el latinoamericano mejor rankeado en el Mr. Olympia.
Aunque la familia ha guardado con mucha discreción el motivo de su partida, la realidad es que sin importar la causa, quienes le conocimos le rendimos tributo a uno de los mejores atletas latinos que llegó a ser un símbolo, representante de nuestros países en el circuito internacional, habiendo tenido sus mejores años entre 2005 y su retiro en el 2009.
Tuve el privilegio de conocerlo en 2006 en Las Vegas, Nevada, en el Mr Olympia de ese año, cuando su imagen le dio la vuelta al mundo. Ese año, Jay Cutler le arrebató a Ronnie Coleman el trofeo Sanfow que buscaba por noveno año consecutivo. Cuando anunciaron el nombre de Cutler como el nuevo monarca, Gustavo Badell de un brinco irrumpió en la escena para felicitarlo. El Freaking Rican estaba en el estrado porque estuvo entre los seis grandes.
Con gran carisma y sencillez, me topé a Badell en la cena de los Olympias detrás del evento y charlamos brevemente. Antes había tenido el gusto de saludarle y tomarme fotos con él en el “Meet the Olympias” donde era uno de los que tenia las filas más largas entre los atletas. Recuerdo sus palabras: “¿no te importa si me quedo sentado? Ya traigo muchos calambres por la deshidratación”. Ese año igual que los anteriores, lucía espectacular y conquistaba al público en la tarima con sus poses acompañadas de música editada para él, entre otras “Rompe” de Daddy Yankee.
Volví a verlo en Las Vegas en 2007 y 2008, siempre amable y con buena memoria.
En 2010, ya como dueño de gimnasio y promotor deportivo, lo invité a Monterrey a la 2ª Copa Olympias Fitness Club que ese año llevaba el título de “Tercia de Ases” porque estaría acompañado del gran texano Branch Warren y su esposa Trish, en uno de los mejores eventos que se han organizado en Nuevo León.
Me sorprendió la ética y generosidad de Gustavo cuando días antes de su viaje me llamó muy apenado para decirme que había sufrido una lesión, había perdido mucho peso y no estaba en forma para posar. Le pedí que aún así viniera, que sin exhibir su físico en la pasarela participara en el resto de las actividades porque era un atractivo por ser de habla hispana. Aceptó venir, dar un seminario, ser juez de la competencia y tomarse fotos con quien se lo pidiera. Además me hizo un descuento en sus honorarios.
El evento fue todo un éxito, Badell conquisto a los regiomontanos y me pidió volverlo a invitar cuando estuviera en forma. Alternar con el matrimonio Warren en un evento local fue espectacular.
Dos años después realizamos la 4ª Copa Olympias en la ciudad de Puebla y Badell fue nuestro invitado especial, dio un gran seminario en el Olympias Fitness Club y tuvo una presentación explosiva en el intermedio de la competencia, conquistando al público de todo el altiplano del país.
En aquella ocasión fui a recogerlo a la Ciudad de México y durante todo el trayecto a Puebla me fue contando anécdotas y temas muy íntimos de cómo funciona el mundo del físicoconstructivismo profesional en el mundo.
“Es cómo entrar a una corporación. Firmas el contrato con los Weider y aceptas sus términos”, me confesó con un poco de nostalgia al creer que pudo haber ganado el Mr. Olympia si no se moviera por intereses.
“Tuve grandes contratos publicitarios y a ellos les convenía mucho mi presencia para tener más público latinoamericano, pero era obvio que no me dejarían ganar”, dijo con una sonrisa pícara.
Fueron tres días de convivir con él en Puebla y nuevamente fue un gran evento. Su tamaño en el estrado era espectacular pero la clínica de entrenamiento en el gimnasio nos dejó llenos de gratos recuerdos. Amable, amistoso, accesible y eso si, cuidando su dieta en una ciudad donde la gastronomía es un atractivo.
Después de su retiro de las competencias siempre se mantuvo activo, como promotor deportivo, coach de atletas y una voz crítica que siempre habló sin censura sobre los daños que algunos entrenadores hacen a sus clientes al darles sin recato sustancias exógenas de forma abusiva y muchas veces provenientes del mercado pirata.
En los años pasados era obligado ver los podcast y videos que subía en sus redes.
Aún no nos reponemos de la conmoción de su partida. ¡Descasa en paz querido Gustavo!