En el último año hemos tenido clásicos de alto impacto, no solo en resultados sino también en futbol y goles, en llamar la atención más allá del Nuevo Nuevo León como nos ha rebautizado nuestro flamante gobernador.
Las emociones emanadas de la cancha, de las previas y sobre todo de ver como los fuereños gozan de nuestro partido rey, es lo que me mueve a escribir unas palabras desde mi sillón.
Desde hace tiempo la exigencia propia y extraña es de lograr campeonatos, de dar espectáculo y, sobre todo, las que más me gusta, de hacer valores los millones invertidos, como si en otros equipos se quedarán sin contratar nunca; por lo que ver partidos de este calado me alegra como aficionado al futbol.
Le achaco el reciente espectáculo a que Rayados ha perdido el miedo, que ya no teme ir al frente y atacar a unos felinos cuya columna vertebral ya está dando las últimas alegrías dentro del campo de juego, por lo que, al ir acertando con mejores contrataciones, los de Monterrey se están dando cuenta que, si se puede, y que en efecto incluso golear al rival es parte de las posibilidades, ya solo les falta campeonar algunas veces más que su eterno rival.
Mientras los autollamados “Incomparables”, quieren jugar acorde al plantel que tienen, pero como si estuvieran viviendo 10 años antes, que desde la salida del “Tuca” y su famoso toque de control de balón que no te lo prestaban ni para oler el plástico con el que lo fabrican, para ahora jugar con estilos dinámicos y de correr como si fueran niños con Miguel Herrera, Pauno, Siboldi; el no entender la curva de juego natural de sus estrellas los ha llevado a pretender lo que ya no son.
Este hermoso y sensual clásico ahora si llena expectativas, independientemente del ganador, para poder trascender más allá de nuestras fronteras, por lo que ahora la exigencia de los sabios opinólogos nacionales es que se puedan ver estos atributos de futbol más seguido y no solo en el duelo clásico.
Me uno a esta petición, el poder ver plasmado este estilo y entrega en cada partido, en cualquier plaza, el meter goles del calado que vimos recientemente, tener esa actitud retadora y con personalidad haría más llamativa las marcas locales a nivel nacional, y nos posicionaría de manera más fuerte en la mente de muchos espectadores cuyos equipos no los están satisfaciendo.
Pero al final depende de los jugadores y sus técnicos, y ayer Tigres perdió con Mazatlán de manera tal que se pudiera calificar como ridículo, dejando una sonrisa en la cara del señor Vucetich; mientras hoy veremos si Demichelis logra sacar ese orgullo ante Pumas y demostrar que el clásico no fue una excepción y si una regla de como este equipo quiere jugar, en preparación a una dura visita ante América el fin de semana.
El reto es mayor después de un partido así, mantener y satisfacer las expectativas no será fácil, pero con el poderío económico y de gestión, se espera por lo menos un buen espectáculo dentro del rectángulo verde, ¿será que este torneo se despunte en este aspecto?
Veremos… ¡Saludos desde el sillón!