Al volver a celebrarse el Mundial del Toreo en Madrid después de dos años de pausa por la pandemia, fue satisfactorio encontrarnos en los carteles los nombres de cuatro toreros mexicanos dentro del selecto y exclusivo grupo de toreros que formarían parte de la Feria de San Isidro 2022.
Dos novilleros, Arturo Gilio hijo e Isaac Fonseca, se presentarían en el mejor momento de sus carreras, mientras que Joselito adame, en su actuación numero 17 en Las Ventas y Leo Valadez, lo harían por los matadores.
Cuando escribo esta colaboración, ya han actuado los tres primeros y solo falta Valadez el próximo domingo 22.
No quiero negar que como muchos de nosotros anhelé que hubiera suerte para ellos, que cortaran las orejas y que salieran a hombros por la puerta grande, pero otra vez la mala suerte se ha encargado de que sus sueños se estrellen en una pared que parece de hierro.
La hemos pasado de la ilusión, al coraje y el día de hoy, al drama, pero el triunfo se les sigue negando a nuestros toreros.
Da un coraje similar a cuando en el futbol haces todo por ganar el campeonato y en el último minuto de la compensación te anotan el gol de la derrota, o cuando en un Mundial, los penales te evitan avanzar al ansiado quinto juego, el caso es que termina siendo la misma historia.
El lunes 9, Arturo Gilio debutó en Madrid y lo hizo con una actuación sólida, convincente, en la que pudo cortar la oreja de su primero, pero la espada lo privó. Y cuando parecía que la gran faena que le estaba haciendo al segundo de su lote se rubricaría con al menos oreja, una desafortunada cornada en el último muletazo antes de matar, le destrozó la pantorrilla, con una herida grave que pudo ser mayor si el pitón del novillo le arranca el tendón de Aquiles.
Ayer lunes 16, la carta fuerte de los novilleros, el michoacano Isaac Fonseca, nos había entusiasmado en la entrevista previa al decirnos que “reventaría Madrid”, y conociéndolo como es, tan valeroso y entregado, amén de su oficio que le ha hecho ser merecedor al premio como el mejor de la temporada pasada, no lo dudamos ni poquito.
Su primer novillo no funcionó, pero Isaac estuvo en grande. Al segundo de su lote (lo mismo que Gilio) le hizo la gran faena y cuando el público ya estaba entregado a su labor muleteril, imaginándose que lo llevaban en volandas por toda la calle de Alcalá, otra vez la espada se encargó de bajarnos de la nube.
Por si fuera poco, hoy en la corrida titular de la ganadería Arauz de Robles, Joselito vio salir por los chiqueros a dos toros que se inutilizaron y hasta que un segundo bis (tercero para ser exactos) de la ganadería de Chamaco, Adame pudo mostrarse y abrigar la esperanza de la puerta grande luego de importante faena, pero tras el pinchazo y la estocada entera un tanto caída, el público se enfrió y no hubo petición de oreja más que una meritoria salida al tercio que fue muy ovacionada.
Todas las canicas las tendría que echar en el segundo de su lote. Al iniciar su trasteo con un estatuario, el toro se le fue encima y le provocó una voltereta espeluznante, de miedo, que nos hizo temer una lesión grave en el cuello por la forma tan dramática y peligrosa en la que cayó en la arena.
Afortunadamente no sucedió y pudo levantarse maltrecho para inventarse una faena de tintes dramáticos. Y otra vez al final la espada…
Queda solo uno carta, la del novel matador Leo Valadez, también hecho en España y quien el domingo 22 confirma su doctorado. Esperemos por su bien y el de toda la afición mexicana que ya por fin haya uno que logre salir a hombros por la puerta grande.
Méritos en el ruedo de sobra se ha visto que los han tenido, pero la exigencia del público y de los escrupulosos jueces es tan grande, que un pinchazo o una estocada por mínima que sea defectuosa no se premia y en eso se han ido los triunfos cuando ya los tenían prácticamente en la bolsa.
Por hoy es todo. ¡Que haya suerte para todos!
@martinbanda