Solía viajar con mis padres, hermanos y amigos para apoyar a mi equipo, para alentar a los jugadores y muchas veces nos tocó derrota, otras tantas la victoria. Pise el Azteca, el estadio el Jalisco, el Nemesio Diez, el estadio Hidalgo, el Azul, Victoria, TSM, todos con regular frecuencia.
Viví dos situaciones de violencia en dos estadios diferentes mismos que ya no volveré a visitar: la primera fue en el estadio Nemesio Diez, en noviembre del 2006; me tocó vivir una derrota del Monterrey frente a Toluca. En aquel encuentro la porra visitante sufrió del abuso de la autoridad quien los golpeó. Mi garganta se cerró al respirar el gas lacrimógeno que aventaron, mi papá nos cubrió como pudo para evitar ser agredidos.
La segunda experiencia fue en el estadio Jalisco cuando las Chivas de Guadalajara aún jugaba en este recinto, aquel partido fue muy emocionante pues contó con muchos goles (4 a 4), con lo que se sellaba el pase a la semifinal del Monterrey; durante muchos años conservé el boleto de entrada.
Todo marchaba bien, goles, tribuna encendida, cánticos, gritos de festejo y emociones al por mayor, pero cuando termina el partido llegaron los inadaptados, ésos que lanzan cerveza a la afición contraria, aquellos que encaran y se envalentonan porque vienen en grupo. Mi padre nos abrazó e intentó sacarnos del estadio mientras cuidaba de nuestras espaldas. Al salir por el túnel empezaron a lanzar botellas de vidrio, en eso sentí un jalón de mi playera que me hizo dar unos pasos atrás y vi una botella caer delante de mis pies, ahí fue cuando me di cuenta que mi papá fue quien me jaló, afortunadamente en ninguna de mis dos malas experiencias paso a mayores.
Lo que el sábado se vivió en el estadio de Querétaro es triste, lamentable, doloroso e impotente. La tribuna no puede ensuciarse de esta manera, el deporte no debe vivirse con esa intensidad, con esa violencia, con esa asistencia de “aficionados” con deseos criminales. ¡No!
La Federación Mexicana de Futbol tendrá que modificar reglamento. Frenar esta violencia no será fácil, pero con ayuda de la sociedad, el compromiso de los medios de comunicación quienes deben ser el principal promotor de la no violencia y erradicarla de los estadios, volveremos a familiarizar este bello deporte.
Que los únicos gritos que deban escucharse en un estadio sean de goles. Sígueme en mis redes: Facebook: Blankuchis Pérez Twitter: @argelia_blanca