Los Juegos Panamericanos de 2027 fueron finalmente para Lima, Perú, que los albergará por segunda ocasión en la historia y siendo también anfitriona por segunda vez, pues apenas los había realizado en 2019.
México había levantado la mano con dos iniciativas: una de la experimentada Guadalajara, que ya albergó los de 2011, y Monterrey, que por primera vez anhelaba un evento así, catalogado como la gran competencia polideportiva del Continente Americano.
La iniciativa local no fue porque el municipio Monterrey haya buscado los Juegos, algo imposible para su deficiente gestión deportiva, sino que la idea de traerlos fue del Estado, a través del INDE que dirige Melody Falcó y que, ésta sí, tiene conocimiento y capacidad de diligencia; ella está con licencia pues participa en el presente periodo electoral.
Por eso se hablaba más de Nuevo León que de Monterrey, pero era obvio que de haber luchado por la sede y de haberla ganado, los Juegos se habrían desarrollado principalmente en Monterrey.
Lima le ganó la sede a Asunción, Paraguay, que nunca ha tenido estos Juegos, surgidos en 1951. México los ha tenido en tres ocasiones: Ciudad de México en 1955 y 1975, y Guadalajara en 2011.
Originalmente la justa estaba prevista para Barranquilla, Colombia, que se quedó en el camino a principios de este año al no depositar un recurso obligado que exige Panam Sports, el organismo que rige los Juegos.
Fue en ese lapso cuando Guadalajara y Nuevo León surgieron como posibles emergentes. El Estado se movió rápido y consiguió todos los oficios solicitados, menos uno: la carta compromiso de la Presidencia de la República, que al saber del caso lo condicionó a que los Juegos fueran en Quintana Roo. Una más entre el mar ocurrencias gubernamental.
Y hasta ahí llegó la intención nuevoleonesa, sin siquiera poder alcanzar a registrarse oficialmente en Panam Sports.
De haber cubierto las dos ciudades mexicanas todos los requisitos, la decisión técnica de elegir solo una para proponerla sería del Comité Olímpico Mexicano, pero seguro que hubiera habido más injerencias.
Si bien la capital jalisciense puede jactarse de tener experiencia organizativa e instalaciones, Nuevo León bien podía competirle.
El estado tiene algunas instalaciones muy buenas para este tipo de evento como los estadios de Rayados, Tigres y Sultanes, los gimnasios Nuevo León e Independencia, y el centro acuático de la UANL.
La Zona Metropolitana tiene avenidas que pueden dar cabida a deportes de ruta y existe el Parque Fundidora que lo mismo puede ser multifuncional, así como el Canal Santa Lucía que ya albergado varios triatlones internacionales.
Se carece de un estadio de atletismo y de instalaciones para deportes muy técnicos como la halterofilia, gimnasias y esgrima, entre otros, pero para ello se cuenta con auditorios muy funcionales en los que es totalmente válido su uso deportivo, como Cintermex y otros más.
Habría que construir nuevas instalaciones como un velódromo y un escalódromo, y edificar nuevas instalaciones o remodelar otras, como la pista de BMX.
Para todo ello hay espacios, capacidad y calidad de construcción, personal técnico que conoce de deportes, profesionistas que saben organizar y líderes que entienden de dirección para un evento de magnitud como los Juegos Panamericanos.
Quizá lo más importante es que en Nuevo León hay dinero, y desde luego algo que es básico y esencial, voluntad del Gobierno estatal para querer hacerlo.
Fue muy meritorio que Nuevo León haya alzado la mano por los Juegos, por lo menos ya nos hacen en el mundo del deporte panamericano y sus dirigentes ya nos tienen en el mapa.
Es el momento para que Nuevo León arme un verdadero proyecto y se lance a una candidatura formal; estoy seguro que ganaría para 2031, porque además del dinero y gente con talento para la gestión, el Estado tiene muchas más ventajas como la cercanía con EE.UU., sus aeropuertos, su hotelería, su gastronomía.
Si Barranquilla, que sería la sede, y Asunción que la buscaba, no figuran entre las 300 ciudades del PIB Mundial, porqué Monterrey no pudiera serlo si es la 93 del mundo, seis mejores puestos que Lima. A’i nomás…