Desconocemos si en algún momento explicaron el objetivo para implementar un torneo entre los equipos de futbol de la liga mexicana y la de Estados Unidos. Puede ser. Debió ser.
Pero no nos enteramos realmente para qué les sirva, como no sea para medir fuerzas, como cuando en el barrio ibas con los de las colonias vecinas a jugar unas retas, y… La otra causa es sacar dinero y estafar a los pagaboleto.
La raza que vive en Estados Unidos está ávida de pagar lo que les pidan para poder ver, en vivo, a los equipos de sus ciudades.
Aunque ya luego algunos salgan decepcionados de ver el espectáculo que les ofrecen. El nivel está muy parejito.
Allá hay, igual que acá, dos o tres equipos buenos y el resto son las comparsas que se dedican a navegar cada torneo con su misión de hacer como que compiten en una Liga que tampoco es que sea una maravilla.
En México, aparte la llenan de extranjeros -la gran mayoría- que se ganan la vida dándole de patadas a un balón. Decir que juegan fútbol en sí sería un elogio desmedido.
Los Tigres, luego de vencer al Pachuca fueron y derrotaron al super Inter de Miami, que ya sin los árbitros favoreciendo a Messi para marcarles penales cuando alguien lo ve feo o se le acerca a 10 centímetros, viene siendo un equipo como cualquier otro con todo y Jordi Alba, Busquets y el heredero de Fernando Redondo.
El Monterrey es un enigma. Es incomprensible para sus adeptos el que su escuadra no pueda ganarle a un equipo de reciente formación, del montón como es el Austin FC y no poder ganarle a los Pumas, un equipo regularzón de toda la vida.
Y todavía, más enigmático es para sus fans que sus figuras de importación como son el Supermán Vázquez, el colombiano Medina y Rojas no puedan anotarle un penal al guardameta puma. Uno por lo menos, de tres intentos.
Hay quienes suponen que los mismo jugadores ya están hartos de un entrenador que probablemente sepa algo de futbol, pero no se nota en su equipo, que tiene muy buenos futbolistas -por lo menos algunos tres o cuatro- pero no pueden reflejarlo en un desempeño coherente, con forma.
Hay un tipo que cobra ahí en ese equipo como futbolista, que declaró al final del partido que “Jugamos bien, no jugamos mal. Es difícil de explicar, difícil de entender para alguien que no entiende de fútbol”, dice el cínico.
Ojalá el asno éste les pueda explicar a los que no entienden de fútbol por qué no pueden, en tres intentos, meter el balón desde el punto penal en una portería que mide 7.32 metros de ancho y 2.44 de alto.
Debe resultarle difícil a este muerto explicar por qué no pueden meterla… Nosotros sabemos la respuesta. Ustedes y los jugadores también. No nos hagamos patos…