La edición número 127 del maratón de Boston se llevó a cabo el pasado lunes 17 de abril, donde una mañana fresca y con algo de lluvia acompañó a todos los corredores durante su recorrido.
El ganador en esta ocasión fue el ahora bicampeón, por segundo año consecutivo, Evans Chebet atleta keniano que sin duda era uno de los favoritos, con un tiempo de 2:05:54’, quien demostró un dominio absoluto del recorrido que es bastante complicado, debido a las pronunciadas pendientes que este posee.
El segundo lugar fue para Gabriel Geay con 2:06:04’ atleta proveniente de Tanzania y el tercer puesto se lo llevó el keniano Benson Kipruto con 2:06:06’.
En la rama femenil, el primer lugar lo obtuvo Hellen Obiri atleta de Kenia, de 33 años de edad, que cerró de una manera espectacular, mostrándose muy fuerte, con un tiempo de 2:21:38’, por detrás de ella, el segundo lugar fue para la etíope Amane Beriso, con 2:21:50’, y la tercera posición Lonah Salpeter, con 2:21:57’.
Fuera del podio, en cuarto lugar, quedó Ababel Yeshaneh con 2:22:00,’ pero algo para resaltar fue la participación de la estadounidense Emma Bates que se mantuvo fuerte con las punteras, logrando así su mejor tiempo que fue de 2:22:10’, y le alcanzó para un quinto lugar, excelente carrera que hicieron las damas.
No podemos negar que los ojos del mundo estaban puestos en el poseedor del récord mundial en maratón, el gran atleta keniano Eliud Kipchogue, quien para sorpresa de todos no solo no obtuvo lo que se había propuesto conseguir, que era el récord del evento, si no que no pudo ganar esta dura prueba, quedando en sexto lugar.
Quienes hemos tenido la fortuna de ver y disfrutar a Kipchogue a lo largo de su carrera deportiva, creo que por momentos tuvimos esa sensación de que algo no andaba bien en él, aunque estuviera liderando la prueba, era algo que pasaba por nuestra cabeza, pero queríamos desechar como si fuera sólo un “mal presentimiento”.
Pero desgraciadamente terminó volviéndose una terrible realidad para todos los que esperábamos su triunfo, fue alrededor del kilómetro 30 donde pudimos apreciar que no pudo tomar su abastecimiento, y esto conociendo como él se maneja, nos dejaba ver que estaba desconcentrado, algo que no le pasa.
Seguramente la carrera le estaba costando, se veía su semblante duro, su cuerpo algo rígido, nada que ver con su característica forma tan armoniosa y perfecta al dar cada zancada como nos tiene acostumbrados, esto para sus rivales, sin duda, fue una señal que supieron aprovechar y lanzaron el ataque sin piedad alguna, en la parte más delicada del maratón, se arriesgaron mucho pero terminó funcionándoles.
No puedo ocultar que mi corazón de fiel admiradora de Eliud Kipchogue está lastimado, pero como corredora de maratón recreativa que soy, puedo entender que así es el maratón, impredecible, podemos preparar todo con los más cercano a la perfección, y los resultados a veces no se dan, muchas cosas pudieron pasarle, y es difícil saber si fue una sola cosa o una combinación de varias las que lo llevaron a terminar en sexto lugar.
También sé que el deporte da revanchas, y se que vendrán nuevos retos para el, tal y como él mismo lo dijo, espero y confío en que se levantará como aquella que vez que en Londres 2020 terminó en octava posición, y regresó para ganar más maratones e imponer de nuevo el récord mundial actual, de todas formas el ha hecho lo que nadie y sigue siendo el mejor maratonista de todos los tiempos.