La conquista de la Copa de Oro 2023 por parte de México hay que tomarla con poca seriedad.
Primero y lo más significativo: fue un evento totalmente desairado por Estados Unidos y Canadá que mandaron a competir a sus selecciones B o C.
Las dos potencias actuales de la zona prefirieron competir con sus cuadros titulares en la Liga de Naciones de Concacaf que, en la final y con los aztecas eliminados en fase previa, disputaron el trofeo siendo Estados Unidos el ganador por marcador de 2-0 ante Canadá.
El 15 de junio las estrellas estadounidenses le pasaron por encima a los tricolores -todavía dirigidos por el argentino Diego Cocca antes de su despido-, en una de las semifinales de la Liga de Naciones.
Ya coronado Estados Unidos se dio el lujo de mandar a sus jugadores de vacaciones, la mayoría que militar en clubes europeos, dejando su lugar a la banca de la banca sin muchas ganas de llevarse la Copa de Oro. Igual decisión la tomó Canadá.
Entonces la mesa estaba servida para México con su nuevo entrenador Jaime “Jimmy” Lozano, volviendo locos de eufóricos a los mexico-americanos avecindados en el país de las barras y las estrellas, con ganas de endeudarse hasta la chanclas con tal de asistir a un partido.
Y así fue. Casi 70 mil espectadores en su mayoría con los colores de la selección azteca festejaron como si se hubiera ganado el Mundial de Futbol con un gol de Santi Giménez al minuto 87, en un partido donde con tranquilidad Panamá generó igual o más jugadas de gol.
No ganaron los panameños porque la escuadra era de las peores versiones que han acudido a un certamen de la Concacaf.
Y prueba de ello es que México batalló para anotar el único pepinillo que definió al campeón de la devaluada Copa de Oro.
Mención aparte, como siempre pasa defendiendo los intereses económicos de sus televisoras, fueron los narradores y a nivel de cancha que gritaron el título que si México hubiera ganado el Mundial contra la Argentina de Messi, o ante la Francia de Mbappé.
Lo rescatable del torneo fue que en Santi Giménez surgió de manera natural el sustituto de Raúl Jiménez.
Y que también le puede sacar un susto a Henry Martín, quedándose con la titularidad en el eje del ataque. Sólo hay que darle minutos más minutos como titular.
En estos momentos de espejismo ante una Copa de Oro que solo sirve para levantar el ego de los directivos, destaca el timonel que entró de relevo por Cocca, con la duda si Lozano recibirá o no el respaldo de la Femexfut para continuar al frente del Tri.
Por lo pronto millones de aficionados mexicanos siguen embriagados de felicidad por la conquista de un torneo tan devaluado como el dólar ante el peso, que no califica a ningún otro certamen.
Pero cada quien su algarabía desenfrenada… y sobre todo ciega.