Hace una semana los Rayados destartalados (de cariño y con amor así los nombro), tuvieron las mismas acciones ante Querétaro, similares a las que se gestionaron frente al equipo de Necaxa. La diferencia fue obvia, en esta jornada tuvieron contundencia de ocho tiros a portería, y cuatro de ellos fueron concretados en las redes rivales.
Este Monterrey es el mismo, solo que agrada y convence cuando tiene goles. Destacó la incursión de Romo en el cuadro, plasmó en triangulaciones, recuperaciones y pase a gol, mostrando ser el engrane perfecto para darle la estabilidad requerida al medio campo.
El resultado le da confianza al grupo, al “Vasco”, y calma la sed de presión a la prensa y aficionados exigentes de resultados, tanto así que no se habló de falta de liderazgos, ni de estrategias obsoletas.
La cosa es más sencilla y amigable cuando el equipo gana, ¿a poco no?
Una ecuación interesante en la prueba será contra el siguiente rival en turno que, si bien viene sumando seis puntos de sus primeras dos jornadas, el tempranero reencuentro con Charly Rodríguez ante su ex afición, que con goles le ha dado diésel a la Máquina, no se ve un Cruz Azul centrado ni convencedor y sí ha sacado los resultados en base a esto, pero el Monterrey debe lograr ligar su segunda victoria del torneo para evidenciar que el partido frente a los hidrocálidos, aquella contundencia, no fue meramente por carencias del rival que sumado a ello por cuenta propia supieron aprovecharse.
La Pandilla debe ganar sí o sí por que, ante el gran triunfo de visita, es necesario, deseoso y se ansían ver goles en su casa y con su gente vitoreando.
“Ganar es lo más importante para mí, es tan simple como eso” — Cristiano Ronaldo.
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