Hay una verdad que nadie en Rayados quiere reconocer: les urge ganar la Concachampions.
Es cierto, ayer en el Día de Medios directiva, jugadores y el mismo Javier Aguirre se fueron con las obviedades de que es un juego importante, que hay que ganarlo pero tienen enfrente a un rival difícil.
Lo que no dijeron, y seguramente se les quedó atorado en el gaznate, es que a diferencia del América, ganar esta Copa es un tema de vida o muerte… por acudir al lugar común dramático.
Dejemos a un lado que jugarán en casa, ante más de sus 38 mil aficionados; Rayados tiene que ganar esta Conca porque en su historia reciente ha elaborado toda una narrativa alrededor de la idea de que este torneo es suyo.
Para el Monterrey, sus participaciones en el Mundial de Clubes son la única medallita que pueden presumir no solo frente a su más odiado rival los Tigres, sino ante el resto del futbol mexicano.
Cuando llega la carilla y las discusiones Rayados aún puede sacar la viaje confiable de que son el único equipo internacional de México.
Para la raya, ganar la Conca es más importante que la liga. Por eso gastaron lo que gastaron para tener un equipo que brille en el extranjero.
América puede perder este encuentro y aunque le va a doler, será muy poco. Son los líderes del torneo local y, a menos de que la maldición del uno diga otra cosa, no hay otra onceava con mayores posibilidades de levantar el campeonato.
Si pierden, le van a dar un manazo a Solari y hasta ahí.
Si Rayados pierde, va faltar leña verde para quemar a Aguirre, Davino, Funes Mori y el resto de la plantilla.
Hoy se vivirá algo muy interesante.