Daniel Mérida es el nombre poco conocido de un tenista español, pero en estos momentos es el estandarte de las denuncias en este deporte contra los apostadores.
El jugador de 17 años es el claro ejemplo del submundo que existe entre los jugadores profesionales de tenis todos los días en todo el mundo, donde las amenazas por redes sociales cuando un resultado no le favorece a los que se dedican a apostar.
Y es que en el tenis se juegan más de 300 partidos diarios en los que las casas de apuestas ofertan cuotas y muchos usuarios entran con grandes cantidades de dinero, lo cual ha generado una presión extra para los deportistas, sobre todo los que están alejados de la élite.
Esta gran cantidad de partidos permite a las casas de apuestas ofertarlos todos en directo haciendo así que los usuarios puedan apostar desde quién ganará el partido hasta al ganador del siguiente punto.
Además esto favorece los amaños, pues muchos tenistas se dejan ganar en un juego específico y sin necesidad de perder el partido puede asegurar mucho dinero a los que sepan el juego exacto que va a dejarse ganar.
Mérida ha dicho en sus redes sociales que después de cada partido que juega ha recibido infinidad de amenazas de los apostadores que no se ven favorecidos con los resultados.
“Te voy a calentar la cara, pedazo de hijo de p…, como te pille… ¡Verás! Le rompes el saque en el primer juego y luego le regalas tu saque. Y eso no es todo. Luego te comes un 40-0. Estamos en el mismo país y te calentaré la cara, aquí no estás jugando solo, cabrón”.
Estos desagradables mensajes que recibe Daniel responden a una consecuencia de la ludopatía, un problema que cada vez afecta a más y personas en España, su país natal.
El hecho de que sean jugadores de bajo perfil los más afectados de estas amenazas es porque están más accesibles en sus redes sociales, contrario a los jugadores top que no son ellos directamente los que leen los mensajes.
Sin embargo, la ATP y la ITF no tienen intención de frenar a las casas de apuestas, pues son conscientes de que esto ha generado más audiencia para el tenis de menor nivel y, por tanto, más beneficios, pues varias casas de apuestas son patrocinadoras de algunos de los grandes torneos, además de que estos negocios no son los directamente involucrados en las amenazas.
La respuesta de estos organismos fue la creación de la Unidad de Integridad del Tenis, adscrita a la Federación Internacional y que estudia la alteración de los resultados poco lógicos en los distintos torneos en el mundo.
Sin embargo, poco han hecho para frenar las amenazas a los jugadores que aunque no se han visto perjudicados físicamente, si les agrega una presión extra a su carrera, que si no la saben manejar los puede afectar considerablemente.
Varios tenistas han caído en las garras de mafias que se dedican a arreglar partidos, y es que para un tenista es muy complicado costearse la carrera.