Inmersos en plena justa olímpica que se desarrolla en París Francia, es indispensable referirnos a las plazas de toros de aquel país, sobre todo en este momento en que todas las miradas están puestas en la “Ciudad Luz”, por lo que les presentamos un recuento de los cosos franceses que cada vez revisten mayor importancia en el mundo de los toros.
Las plazas de toros francesas, se distinguen fundamentalmente por su antigüedad y por su variado estilo arquitectónico, las plazas taurinas, se ubican a lo largo del mar Mediterráneo y llegan hasta la frontera con España, y van bordeando con los límites del inmenso océano Atlántico.
Existen variados cosos taurinos en Francia, la mayoría de ellos con gran historia y tradición milenaria; algunas de ellas gozan de mayor antigüedad y otras presentan un toque más modernista en sus construcciones, aunque sin duda las plazas de toros de Arlés y Nimes son además de las más conocidas, las que podemos considerar las más hermosas en su construcción por su parecido a los antiguos cosos romanos que evocan las cruentas batallas que tenían los antiguos romanos con peligrosas bestias.
Además de las conocidas plazas de toros de Arlés y Nimes, hay otras que sin ser muy difundidas por las crónicas de prensa, revisten también de belleza e importancia, citando por ejemplo los cosos de Bayona, Dax, Mont-de-Marsan Certe, Lunel, Beaucaire, Provenza y St. Vicent de Tyrosse entre otros, en los que con frecuencia se llevan a cabo festejos taurinos con variados matadores de toros oriundos de España y del propio país galo.
La Plaza de Toros de Nimes, es el más importante de Francia y su construcción asemeja un gran anfiteatro romano que data del siglo II después de Cristo.
Desde su origen la Plaza de Toros de Nimes tiene una capacidad de 30 mil espectadores y durante siglos fue utilizada por capellanías, fortalezas y viviendas, siendo hasta el año de 1863 que se convirtió en una plaza de toros, celebrándose desde entonces importantes festejos taurinos protagonizados por toreros españoles de la época.
Dada su forma elíptica, el coso taurino de Nimes ha resultado a lo largo de los tiempos, complicado para la lidia de los toros por parte de toreros y rejoneadores, no obstante su dificultad en la Plaza de Nimes, se han celebrado importantes festejos de toros siendo los más sonados la alternativa del maestro madrileño Julián López “El Juli”, un 18 de septiembre de 1998 actuando como padrino el maestro de Alicante, José María Manzanares, y el Cartaginés José Ortega Cano como testigo, por cierto el toro de la alternativa de “El Juli” se llamó “Endiosado” de la ganadería de Daniel Ruiz.