Otra vez mi sueño se va a ver frustrado.
Desde hace años, he anhelado el momento de ver a la onceava de inútiles que conforman la Selección Mexicana de Futbol quedar eliminados de un Mundial.
Mi deseo tiene una buena intención: el balompié nacional no va a cambiar hasta que los dueños del balón sientan el golpe donde más les duele: en la bolsa.
Cuando pierdan los millones de dólares que representa ir a una Copa del Mundo (aunque sea nada más a dar pena ajena), entonces van a darse cuenta que el andamiaje en el que está sustentado el futbol en México está podrido y hay que renovarlo.
Las viejas fórmulas ya no funcionan.
Ya no funciona que jugadores quienes gracias a las malas artes de sus promotores, lograron llegar a equipos de media tabla en Europa solamente a valer madres y sean los eternos convocados en la Selección aunque muestren un nivel de vergüenza cada vez que se ponen la verde, blanca, negra o el color que decidan que va a ser la camiseta que año con año nos imponen a los aficionados.
Ya no funciona que el técnico nacional tenga que hacer las convocatorias y alineaciones bajo las órdenes de los dueños de los equipos, quienes solo quieren que sus “estrellitas” ganan exposición para así, llegue un promotor de malas artes y los venda a un equipo de media tabla en Europa a precios inflados.
Ya no funcionan los partidos moleros en Estados Unidos con selecciones B, que nomás sirven para llenarles de dinero los bolsillos a los dueños del balón, desvirtuando con ello el verdadero espíritu de estos partidos: que los seleccionados se fogueen antes de una verdadera competencia internacional.
Para no hacerles el cuento largo, la fórmula de que todo en el futbol mexicano gira alrededor de las ganancias económicas ya no sirve y las últimas participaciones en los Mundiales lo demuestran.
Lastimosamente Qatar no será el momento para cambiar las cosas.
El Tri vencerá (como sea) a El Salvador y estará presente en un Mundial donde (otra vez), ganará uno o dos partidos, empatará otro, emocionará a los mensos aficionados y ¡zas! quedará eliminado en Cuartos de Final.
La misma triste película de todos los Mundiales.
Por eso, y con todo el dolor de mi corazón, veré cómo México va a calificar al Mundial.
Y antes de que salgan las acusaciones de malinchismo, debo decir que mi patriotismo y cariño al terruño que me vio nacer no está supeditado a un grupo de deportistas quienes responden a las órdenes de un puñado de mercaderes quienes, en todo caso, son los que tienen secuestrado el nombre de México para su beneficio económico.
Así que lo digo una y otra vez: ojalá llegue el día en que México no califique al Mundial.
diasdecombate@hotmail.com