El seleccionado mexicano de futbol empató sin goles en la cancha del estadio Azteca ante la escuadra de Costa Rica.
El entrenador argentino del Tri, que le dicen El Tata, piensa –tal vez— que Héctor Herrera puede ser su conductor designado para mover los hilos en el mediocampo de las Serpientes Emplumadas aztecas, pero los mejores momentos de Herrera los vivió hace tres o cuatro años en el Porto portugués y los últimos tiempos se ha dedicado a vivir de sus rentas.
En el equipo tico brilló un jugadorazo, un muchacho de apellido Campbell, muy parecido a uno que jugaba en el León hace dos años y que deberían contratar los Rayados.
El mediocampo mexicano lentísimo con Edson y Herrera y llevando como escolta a Carlos Alberto Rodríguez; cuando eran superados, que fue varias veces, metieron en apuros a la defensiva mexicana.
Los laterales del Tri, normal, como en sus equipos; sin poder meter un buen centro en todo el juego, con excepción de Gallardo que solo puso un buen centro, pero Funes no le creyó porque ya lo conoce que nunca le tira uno bueno y no fue por él y Rodríguez, que quiso centrar y por poco la mete en la horquilla de Navas.
Pero ya cuando entraron Arteaga, Orbelín, Vega, Henry y Romo, ahí sí que la cosa siguió igual. Se tontagiaron del juego dormilón que impone Herrera y jamás pudieron poner en serios apuros a Keylor.
Para resumir el partido habría que decir que los ejes de ataque no tuvieron un solo pase bueno para rematar a puerta. Uno solo no existió. Los pases y centros que intentaron Lozano y Corona, fueros equivocados, infructuosos, sin precisión, sin peligro.
El empate le da cierta esperanza a los Ticos y pone en un predicamento a México que podría verse de nuevo en problemas para tener que disputar su pase al Mundial en un repechaje como ya lo ha hecho alguna vez.