Como ante Atlante, como ante Pumas, como ante Pachuca… como ante Tigres…
Aquella vez tal vez no sucedió, tal vez sí. Hoy fue muy evidente.
Que le vieron la cara a su afición. Lo que pasó en el partido de Ida ante Puebla y hoy, fue una burla flagrante de los jugadores de Rayados y el cuerpo técnico para con su afición.
Verlos caminar 85 minutos y solo apretar cinco minutos y los seis de reposición tirar balonazos, fue para el despiste. O tal vez no. Pudo ser un intento desesperado real por tratar de empatar el juego.
Lo que sí quedó plasmado en la cancha es que trotaron, caminaron por la cancha como si no les importara mucho.
Ya parecía todo arreglado. Un negocio acordado.
Ver caminar al Corcho Rodríguez e ir caminado como gatito para tratar “de tapar” el disparo de Sánchez y voltear la carita, (no se la fueran a desfigurar más de un balonazo) fue absolutamente un insulto.
Creen que nadie se dio cuenta. Brandon Vázquez, no tenía qué despistarle; él es torpe y lento por naturaleza y así se vio. Normal.
Los demás, iban y venían de un lado para otro con ganas de que pronto se acabara el partido para irse a la Posada.
Los Rayados habían tenido partidos malos, pero éste superó a todos…
Desde el duelo de Ida.
Muy, muy, muy sospechosa la lesión de Ocampo. Suponiendo que haya sido real.
Sacar a los dos centrales y luego a Canales te daba una pista de que el señor entrenador pudo ser parte de un arreglo. En caso de haber existido.
¿O cómo para qué sacar al mejor futbolista que tienes, si no es para facilitarle el trabajo al rival?
Ya ahora, en la vuelta, no hubo necesidad de sacarlo. Trotó, tiró pases, corrió de un lado a otro como todos los demás… burlándose de la gente que los ama, y los idolatra como si se lo merecieran.
Con muy poco, América afianzó su tercer título consecutivo, de la mano de la suspicacia, de los billetes y las sospechas de sobornos a árbitros y jugadores.
Sucedió ante Xolos… ante Toluca… ante Cruz Azul fue tan evidente como estos dos duelos de la Final ante Monterrey.
¿Pero, por qué se prestaría Rayados y el club, sus dueños a este tipo de farsas?.
No se sabe…
Lo cierto es que los dueños de ambos clubes han estado bajo el ojo del escrutinio público y la ley.
El dueño de la empresa de los Rayados fue requerido por evadir impuestos por un monto de 8,790 millones de pesos (448.5 millones de dólares)… a cualquier delincuente fiscal por mucho menos que eso te encarcelan. No a los delincuentes de cuello almidonado.
Al otro dueño, al de América, lo está investigando el FBI por sobornos a funcionarios de FIFA por unos 15 millones de dólares para obtener derechos de transmisión para su televisora.
¿Tú crees que no haría todo lo posible por lavarse la cara con otra Copa comprada —como las dos anteriores– en un momento en que le pisa los talones la justicia?
Puede ser…
Lo más lamentable es que la gente que sigue a ambos equipos, uno lo festeja como si fuese real y a los otros, les amargan otra vez la Navidad…
Y lo que es peor…
En unas semanas más volverán a la grada para aplaudirles a esta bola de sinvergüenzas…
Sí, señor… en la vida y en la cancha, dicen…
Gerardo
Gerardo Ramos Minor
Odiar al América
Por Horacio Nájera
Odiar es un verbo muy fuerte. No forma parte de mi vocabulario, lo aplico en muy contadas ocasiones, y el futbol no es una de ellas.
Anoche, el América, ese que acuñó el slogan “odiame más” como parte de su estrategia de mercado, dio nuevos motivos para que el resto de los equipos de la liga y sus aficiones aumenten su animadversión hacia el equipo más grande de México.
La hazaña del América está muy lejos de ser motivo para el odio. Al contrario. Lograr en tricampeonato después de una temporada en la que se clasificó gracias al bodrio llamado “play-in” no es poca cosa.
Independientemente de las teorías de la conspiración sobre el favoritismo del arbitraje (muchas veces bastante creíbles) que acompañan a las águilas en las liguillas, el equipo jugó con contundencia, con orden y con mentalidad ganadora.
Esas tras características jamás deben de ser motivo de odio. Mas bien, hay que aplaudirlas y exigir al resto de los equipos que las imiten de forma permanente. El tricampeonato del América exhibe también la mediocridad de muchos clubes que se conforman con mantenerse fuera de la multa por quedar en fondo de la tabla, y además marca la diferencia con los pocos clubes ricos, Tigres y Monterrey incluidos, que gastan y gastan para quedarse siempre en la orilla.
El siguiente golpe de autoridad del América debe de ser internacional. Si no logra destacar fuera de la liga MX, la etiqueta bananera los perseguirá, con todo y sus 16 copas y el tricampeonato.
El futbol es de momentos, y este es el momento del América. De los clubes regios en particular dependerá que tanto se prolongue ese momentum deportivo. Fuera de ellos, no se ve como Toluca, Cruz Azul o las Chivas puedan destronar a los de Coapa.
En el lado de los felinos, mucho habrá que trabajar, porque desde el manejo bizarro que está haciendo la directiva, los bandazos en la dirección técnica, la inconsistencia de varios refuerzos y la inminente partida de las leyendas, el riesgo de que Tigres se regrese al grupo de los mediocres es latente.
Al América hay que aplaudirlo, no odiarlo.