La serie contra Serbia el 11 y 12 de noviembre en la Copa Billie Jean King llega en un inmejorable momento para el tenis femenil mexicano.
Por un lado están los buenos resultados que las jugadoras tricolores han logrado en los últimos meses en los torneos en que han participado, y por otro está la intensa actividad que el tenis profesional de mujeres tiene en nuestro país.
Todo esto se conjuga para darnos un panorama inmejorable con el cual tanto los dirigentes de este deporte como los mismos promotores de eventos, e incluso las autoridades de gobierno deberían de aprovechar para desarrollar el tenis femenil.
Hablando de los resultados de las jugadoras, la que más ha destacado en los últimos meses es la potosina Fernanda Contreras, quien consiguió dos calificaciones consecutivas, al Abierto de Francia y a Wimbledon, ganando incluso una ronda en Roland Garros.
Con 24 años de edad, la nieta del recién fallecido “Pancho” Contreras tomó el tenis de paga de tiempo completo apenas este año después de terminar una carrera de ingeniería en la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos y ya está dando resultados.
Después está Giuliana Olmos, ubicada en el lugar 13 del ranking mundial de dobles y con cuatro títulos en su carrera, y en mayo estuvo a punto de ingresar al top ten de esta modalidad al llegar al 11 del mundo.
Renata Zarazúa, quien en el 2020 tuvo un año de ensueño al jugar su primer Grand Slam después de llegar a Semifinales del Abierto de Francia, se ha mantenido en el ranking pese a estar batallando con lesiones que no la han dejado desplegar su mejor tenis.
También tenemos a Marcela Zacarías, quien participa poco en el circuito de la WTA, más bien sus resultados los ha conseguido en torneos del circuito de la ITF.
Pero no sólo ellas cuatro, que son las que en teoría conforman el equipo mexicano, han destacado este año, también la duranguense Victoria Rodríguez, quien acaba de ganar un W15 en Cancún, Ana Sofía Sánchez y María José Portillo.
En cuanto a torneos, este año México se convirtió en uno de los países favoritos de la WTA al contar con una cantidad nunca antes vista de certámenes gracias a las buenas gestiones de los promotores mexicanos.
Además de los torneos de Monterrey y Guadalajara, este año se sumarán los de Tampico y Puerto Vallarta, además de que por primera vez en la historia habrá un WTA 1000 en la Perla Tapatía.
Todo esto nos da como resultado un panorama halagador para el futuro del tenis femenil, pero no sólo para las jugadoras actuales, sino las que vienen atrás de ellas y están empujando fuerte para ganarse un lugar en el escenario.
Están los casos de Lya Fernández, quien con apenas 14 años ya jugó una Final del circuito de la ITF; Ana Karen Guadiana, quien este año tomará el profesionalismo de tiempo completo y Nicole Sifuentes, quien está avanzando a pasos agigantados en el ranking juvenil.
Talento hay, falta ponerlo a trabajar.