El Mundial de fútbol es la máxima fiesta del balompié donde la invitación suele ganarse y no se asiste por ser dueño de una franquicia.
Y como es la reunión cumbre no hay más eventos en la agenda. Por lo tanto las ligas se acortan para que los ganadores de boleto puedan prepararse sín excusas.
De ahí que los torneos locales se acorten en este semestre. Ahí viene que cada equipo en su respectiva Liga encare cada compromiso con error y acierto o viceversa.
Aquí no habrá margen para equivocaciones con fechas dobles, los equipos tienen que arreglar sus errores en un par de días para enfrentar el siguiente compromiso y no seguir regando la sopa.
Por eso este torneo es atípico, aquí quien empiece bien seguro terminará así y muy pocos de los que no lo han hecho podrán corregir el rumbo. No hay tiempo de equivocaciones como tampoco de corregirlas.
Este semestre es de ser contundente y si no se dan “ayuditas”, quienes tengan tropiezos batallarán para levantarse.
Tampoco es bueno porque hay jugadores que se saben seleccionados y no lo dan todo con sus equipos para no perderse la fiesta.
Ahí es donde los equipos experimentados o los cuadros jóvenes levantan la mano porque es sabido que quienes tienen seleccionados en activo se relajan un poco y ahí es donde otros aprovechan.
Considerando esta teoría, uno de los equipos que menos seleccionados tenga podrá -si no hay ya un campeón definido por los directivos de FMF-, salir campeón este atípico torneo.