A Marcelo Bielsa se le conoce como el “loco lindo” por su desparpajada forma de vivir, entender y aplicar el futbol.
A reserva de resultados, logros y derrotas, de Bielsa la gente del futbol habla bien. Es reconocido como uno de los mejores directores técnicos en el mundo y seguramente poco o mucho de esa locura la transmite a sus jugadores en cada entrenamiento, en cada viaje, en cada comida.
En su “locura”, Bielsa vino a México y en el Atlas desarrolló una cantera que generosa le respondió con jugadores como: Rafael Márquez, Jared Borguetti, Pavel Pardo y Oswaldo Sánchez.
En esas cosas raras que de repente nos entrega la vida, los dos pilares de los Tigres -el que protege la portería y el que perfora la ajena- están conectados de alguna manera por esa linda locura. Nahuel Guzmán y Marcelo Bielsa comparten ese DNA al ser los dos productos deportivos de Newell’s Old Boys en Argentina. Con André Pierre Gignac la relación fue directa cuando el entrenador lo tuvo en el Olympique Marseille, donde también estuvo Matheus Doria, hoy con Santos de Torreón y Florian Thauvin, de quien se sigue esperando mucho más que buenos selfies.
Hablando de futbol con Pep Guardiola, Bielsa le dijo: “a los buenos jugadores los vemos vos, yo y la mayoría de la gente. Pasa lo mismo con los jugadores malos. El mérito está en advertir y saber que el jugador normal va a ser bueno”.
La notoriedad que Tigres se ha ganado en los años recientes también ha sufrido de dolores del crecimiento. No pocos jugadores han sido contratados -por muy buenas cantidades- para reforzar al equipo con la expectativa de que su presencia detonará en más títulos y espectáculo, quedándose al final muy, muy cortos de lo que esperaba de ellos. Otros no pudieron lograr el objetivo porque al interior no hubo química con el técnico o con los compañeros.
Y aunque estas pruebas-error no son exclusivas de Tigres, los fallidos resultados se han notado más por el protagonismo que el equipo de la UANL se ha ganado con títulos; incluso algunos de los refuerzos han brillado más fuera que lo que hicieron jugando en el volcán. Hay otros equipos como Cruz Azul donde las malas contrataciones parecieran ser ya parte del estilo de administración, pero bueno, cada quien.
Por el bienestar de las finanzas auriazules, bien haría la directiva de Tigres en saber no solamente que jugadores, también que técnicos normales ya son buenos para que acompañen en la cancha lo que queda de “locura” por disfrutar mientras se alcanza la octava copa como cierre digno a la mejor etapa del equipo universitario.
Horacio Nájera es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UANL y maestrías en las Universidades de Toronto y York. Acumula 30 años de experiencia en periodismo, ha sido premiado en Estados Unidos y Canadá y es coautor de cuatro libros.