Una de las funciones con mayor responsabilidad en el mundo taurino es la de ser “apoderado” de los toreros; mucho se ha hablado y escrito en relación a este tema y, como bien dice el dicho, en esta profesión como en otras “entre los apoderados hay de todo, como en la viña del señor”.
En el mundillo taurino deambulan personajes que se jactan o presumen ser conocedores del medio. Muchos se dicen amigos cercanos de ganaderos, empresarios y de toreros; muchos de éstos se cuelan con singular facilidad a todo evento taurino que les atraviese cerca y que con una larga y estudiada lengua y verborrea, hacen “labor” frente a los “poderosos” consiguiendo privilegios y canongías para sí mismos,
Estos “pseudo” apoderados de manera frecuente engañan o deslumbran a muchos toreros que caen en el “garlito” sufriendo después las consecuencias que les propinan éstos bien llamados “ambiciosos, arribistas, vivales y chuflas” que se autonombran apoderados.
Muchos “apoderados” andan por el mundo taurino como exhibiéndose y engañando, con el propósito de lucrar y vivir a merced de los toreros a quienes con poses e ínfulas les sacan un dinerillo fácil para llevarlo a sus bolsillos.
Contrario a lo anterior y remitiéndome a la historia, es importante destacar que han existido y se han escrito páginas gloriosas de grandes y excepcionales apoderados, quienes con conocimiento de la Fiesta Brava, de los toros, de las ganaderías, de las empresas, de los medios de comunicación y del entorno que envuelve a la fiesta, así como al respeto a la profesión del torero, han sido pilares y baluartes de la vida y la profesión de muchos toreros poniéndolos en sitios de figura y acompañándolos en las duras y en las maduras dentro de su profesión, y en muchos casos también en su vida privada.
La responsabilidad de ser apoderado de toreros es mucha, muy variada y compleja, es una profesión de entrega total implicando con ello, un estrecho vinculo de honestidad y confianza entre él y con quien representa.
En su labor cotidiana un apoderado trabaja con diversos matices que impactan de manera profunda e importante en su torero, pues además de cumplir la función de ser representantes ante las empresas, ganaderos y medios, son elemento esencial en la preparación, física, técnica y mental del torero, a quien con profesionalismo y respeto deben darle confianza, seguridad en si mismos, y todo aquello que les sea útil para enfrentar, asimilar y encauzar los triunfos, y en su caso los fracasos; los apoderados además de su función meramente administrativa deben compartir el miedo, la ilusión y el deseo de triunfo de su torero. Ambos deben estar en la misma sintonía y “echar, la pata palante” en beneficio de la carrera taurina.
Ha habido casos muy significativos de toreros-apoderados que por su trayectoria, dedicación, apoyo y comprensión han sido muy exitosos, como ejemplo cito a Don Rafael Báez, recientemente fallecido, quien apoderó por muchos años al matador Eloy Cavazos logrando ambos que el torero guadalupense llegara a ser una gran figura del toreo mundial.
Sin duda la pareja Báez-Cavazos será objeto de muchos artículos y/o libros que detallarán esa rica historia dentro y fuera de los ruedos.
En esta ocasión queremos recordar a apoderados que marcaron en su vida taurina a importantes exponentes del toreo mundial, señalemos por ejemplo a José Flores “Camará”, que llevó los destinos de Manuel Rodríguez “Manolete”; a Rafael Sánchez “El Pipo”, apoderado de Manuel Rodríguez “El Cordobés”; otro importante apoderado fue Pepe Luis Méndez, quien encauzó la carrera inicial de Manolo Martínez y que continuó años después el exitoso ganadero Pepe Chafic.
Otros importantes han sido Pablo Lozano, descubridor y apoderado de Sebastián “Palomo “Linares”, César Rincón, Antonio Ruiz “Espartaco” y Manuel Caballero.
Pablo Lozano representó en algún momento a “El Cordobés y a José María “Manzanares”.
El apoderado Antonio Corbacho fue el impulsor de los ahora figuras como José Tomás y Alejandro Talavante y qué decir de José Antonio Campuzano que impulsó y llevó a las alturas al peruano Andrés Roca Rey.
Otros apoderados que vienen a nuestra memoria son José Manuel Espinoza que representó a su primo Miguel Espinoza “Armillita”; al maestro Fermín Rivera quien apoderó a su hijo el gran “Curro” Rivera, quien después tuvo en distintas épocas como sus representantes a Beto Preciado Meléndez y Manuel Lourdes Camino.
Recordamos también a Adolfo Guzmán, quien apoderó a Valente Arellano, Federico Pizarro, Alfredo Lomelí, José María Luevano, entre otros, sin olvidar a nuestra paisana Vicky Lozano quien además de ser periodista y amplia conocedora y promotora de la Fiesta Brava, ha sido apoderada de varios toreros de los que me vienen a la mente. Recuerdo a Alfonso Mateos, Raúl Rocha y Víctor Mora, entre otros.
Hoy vemos en los ruedos a tres grandes figuras del toreo fungir como apoderados, y nos referimos a Eulalio López “Zotoluco”, de Joselito Adame; a Eloy Cavazos, representando a Juan Fernando, y desde luego a Cristina Sánchez, que le lleva los poderes al español Antonio Ferrera.
Que importantes son los apoderados en la Fiesta Brava.