La Selección Mexicana de Fútbol es la historia de una muerte anunciada. Un equipo que ha perdido toda identidad desde que dejó de jugar en su país los juegos que no son de eliminatoria de la zona, un equipo que sólo es negocio para una Federación que vende espejos y se llena las bolsas de dólares y que se olvida del país que representa.
Reflejo de una Liga que ha optado por reducir la competencia a sólo unos cuantos y darle la bienvenida a la mediocridad a cambio de dinero con la eliminación del descenso y el aumento de extranjeros, que en muchos casos no en todos, ocupan plazas de nacionales que se quedan en el camino de la trascendencia.
Jugadores que hacen ídolos y que por un partido los del micrófono los ponen en una selección que sólo vende espejitos.
Canadá ha avanzado, Estados Unidos lo ha hecho también con una Liga criticada por llevar figuras de salida. Figuras que inspiran a niños a jugar el fútbol en países donde no es deporte nacional pero aportan al espectáculo, al marketing.
Generan dinero pero también futbolistas con una preparación física a tope y que si bajan de juego pierden su lugar porque hay jóvenes saliendo del fútbol de la NCAA (deporte universitario) que empujan una Liga que también los coloca en ligas europeas donde obtienen su maestría. Muchos fallarán pero muchos lo logran para hacerse profesionales combativos.
Pero México no, México los infla antes de llegar, les hace perder el hambre de llegar lejos. Les llena los bolsillos, les llena de fama y sólo con cumplir un horario limitado de entrenamiento basta.
México ha perdido su lugar y sólo vive de hazañas pasadas. Se le fueron los que, con más limitantes que los actuales, pero se rompían la madre por su selección. Eso es la selección, una complicidad entre directivos, patrocinadores y medios de comunicación que ven al representativo nacional como un producto de consumo nacional.
El negocio ya lo hicieron y lo seguirán haciendo hasta que alguien venga con la historia de haber tocado fondo y haga cambios pero no fondo y así volver a iniciar otro círculo vicioso.
Este es el fútbol mexicano, un fútbol cómodo para hacer dinero con lo que hay, con promotores a conveniencia.
Seamos realistas, México estará en el mundial por ser co organizador porque si tuviera que clasificar no le alcanzaría con el fútbol que practica desde hace años. El quedar fuera en primera ronda de una Copa América no es sorpresa, sorpresa hubiera sido que calificara.
Ya Estados Unidos y Canadá están por arriba. México está a la par de Jamaica, Costa Rica y Honduras peleando quien es mejor tercero de la zona. Ya no le ganas a los “débiles” de Conmebol y con los top de esa zona sales a recibir un baile.
Pero mientras un pueblo siga consumiendo el producto que le ofrecen los dueños del balón seguirá siendo pan con lo mismo mientras otros países avanzan y te van dejando atrás.