El sábado hubo un baile en todos los sentidos, de todos los partidos de la Liga MX, toque tras toque, la alineación, el parado, los movimientos de los jugadores; la dinámica azul arrolló literalmente a un Monterrey sin alma, y no me refiero a falta de actitud, sino a falta de identidad futbolera, que, si bien se ha tratado de manejar con buen marketing, éste no puede remplazar a lo que el rectángulo verde demanda, fútbol.
Cuando los jugadores no saben qué hacer, se nota; cuando el técnico no sabe manejar a su equipo, se nota; cuando la directiva no redondea un plantel, es sumamente notorio; cuando tu técnico no sabe planear un equipo, se nota, se palpa, se ve en un partido, como el sábado en que cuatro goles ubicaron en su debida realidad al conjunto del Monterrey.
Técnicos como Anselmi y Almada, incluso Jardine y Paiva, saben como quieren jugar, entrenan para ello y traen jugadores acordes, sus directivas complementan un plantel para tener las armas para buscar el éxito en lo que buscan.
En Rayados llevan años sin saber redondear un plantel, pasando de un estilo a otro, los jugadores que traen parecen más enfocados en llenar a la tribuna que buscar un funcionamiento colectivo, si bien Fernando Ortiz habla de manera clara sobre querer atacar, sus jugadores en la cancha no muestran dinámica, movimientos, colectividad que potencie la individualidad, por lo que hacen lo mismo de siempre buscando algún resultado distinto, entiéndase campeonato.
Pareciera que la respuesta estaba en los que se fueron, cuando la realidad indica que son los que llegan los que moldean el nuevo entorno, provocan un nuevo fútbol y hacen que incluso las mismas indicaciones del banquillo pudieran parecer diferentes con una mentalidad nueva que genera un toque distinto en el pasto verde.
En que momento se perdió la idea de un plantel redondo, porque cuando ocupan un defensa van por un ofensivo, o si requieren un portero traen un delantero; solo la directiva sabe porque mantener un técnico novel que no se impondrá a jugadores que no ven como sus ideas puedan llevar a un campeonato, pero con tal de correr a lo considerado obsoleto, lo nuevo, en la cancha como la política, no ha servido de nada.
Un sábado de realidad, que precede a lo que será un torneo en USA para retomar sensaciones perdidas, porque tanto el fútbol como el carácter del sábado, no alcanza ni para ir a liguilla, pero más allá de las declaraciones de Noriega, que son educadas pero vacías mientras no vengan jugadores y técnico que sepan lo que quieren y que tengan el conocimiento de cómo lograrlo, más allá del discurso.
La duda es si Fernando Ortiz tiene con que sacar el barco adelante y lograr un campeonato, la respuesta parecer ser negativa, no por falta de visión, sino de experiencia para aterrizarla.
Tiempo al tiempo, por ahora divirtámonos con 2 partidos más y los que tengan con que, disfruten un torneo al vapor en USA.
¡Saludos desde el sillón!