Cuenta la historia que fue una frase del poeta clásico romano Juvenal (siglo I-II) la que motivó al barón Pierre de Coubertin a crear los Juegos Olímpicos de la era moderna y revivir así lo que practicaban en la antigua Grecia, antes de Cristo.
La cita completa de Juvenal en latín es “Orandum est ut sit mens sāna in corpore sānō”, que traducido al español dice: “se debe orar a los dioses que nos concedan una mente sana en un cuerpo sano”.
Con esa idea en la mente y con la frase “lo importante no es ganar sino competir”, que Coubertin pronunció en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atenas, el 6 de abril de 1896, nacieron las competencias deportivas de mayor impacto en el planeta desde el siglo 19.
Recuerdo que mi primer artículo publicado en un medio impreso, cuando aún era estudiante de comunicación en el Tec de Monterrey, en 1986, justo era un ensayo crítico hacia la comercialización y profesionalización de las Olimpiadas, distanciándose del espíritu de la Grecia clásica.
Fue mi maestro y mentor Armando Díaz Gerding, experto en desarrollo e historia del deporte y articulista en varios medios de comunicación, quien leyó mi trabajo, lo comentamos y lo publicó en la revista de Educación Física del Tec que él editaba.
Era una reflexión que hacía en los ochentas un idealista estudiante de comunicación que veía como el consumismo, la mercadotecnia y la industria deportiva que se ha generado alrededor de los olímpicos, en lugar de promover “la mente sana en cuerpo sano” estaba generando televidentes sedentarios, influenciados por la publicidad en las dos semanas de los mayores ratings del año.
Treinta y ocho años después tengo el privilegio de ser parte de los articulistas de Hora Cero Deportes bajo la dirección editorial de Hugo Jiménez, con quien coincidí en la redacción de un gran periódico donde también escribía Díaz Gerding en los 80’s.
Casi cuatro décadas han pasado y la pregunta se responde sola: ¿sigue siendo “mente sana en cuerpo sano” o “lo importante no es ganar sino competir” lo que mueve a los JO como los imaginó Coubertin?
En los inicios de la era moderna los valores eran esfuerzo, juego limpio, amistad y respeto para promover el equilibrio en la vida de los participantes entre sus mentes y sus cuerpos a través de competencias individuales y colectivas amateurs.
¿Estarán vigentes estos valores?
De entrada, ya no son amateurs en su totalidad y han sido rebasados por los intereses comerciales que los patrocinan.
¿Podría llamarse juego limpio al uso de sustancias prohibidas y a los escándalos de doping en la historia moderna?
Quizás por eso mi actividad favorita, el fisicoculturismo y el fitness, jamás serán deportes olímpicos, por el uso indiscriminado de fármacos.
Más allá de la reflexión filosófica, damos la bienvenida a París 2024 y le deseamos mucho éxito a la delegación de México.
Que estos 15 días nos inspiren a practicar alguna actividad física y a mantener salud mental, además por supuesto, de disfrutar de las justas deportivas, más allá del sedentarismo y el consumismo.