“Bueno… lo intentamos”, es la frase de uno de mis memes favoritos de esta jornada, donde se ve a los personajes de la película Toy Story y que resume lo que podría esperarse de la participación de México en el Mundial de Qatar 2022 tras conocer a sus rivales en la primera ronda de clasificación.
Aquí no se trata de ser positivo o “creernos cosas chingonas” como dijo el ridículo del “Chicharito”. Se trata de ver las estadísticas para darnos cuenta que el Tri necesita de un verdadero milagro para colarse en la segunda ronda del Mundial, a donde -en el mejor de los escenarios- podría aspirar a un espacio como mejor tercer lugar.
Vamos viendo los números de los rivales para ir visualizando por dónde masca la iguana.
Hay que empezar con Polonia quien, para ir sacando obviedades, tiene como su líder a quien la FIFA considera al mejor jugador del mundo: Robert Lewandowski y quien, seguramente, nos va a “vacunar” (si bien nos va) por lo menos una vez.
Ahora, los delanteros mexicanos -ésos que han demostrado que atraviesan una seria sequía de gol-, van a tener que intentar anotarle a Wojciech Szczęsny, quien es el portero de un pequeño equipo italiano que quizás conozcan y que responde al nombre de la Juventus.
Polonia llegó a la Copa del Mundo tras dejar fuera en la repesca a la Selección de Suecia, un equipo al que México conoce muy bien después de los tres tiros que nos dió en el pasado Mundial de Rusia. ¿O ya lo olvidaron?
Pero ¿por qué Polonia compitió en repesca? ¿Es porque la clasificación en Europa es tan churra como la Concacaf? ¡Para nada! Ellos quedaron en segundo lugar de su grupo, apenas abajo de Inglaterra.
De Argentina ¿qué se puede decir? Nos traen de hijos.
Solamente en los Mundiales nos los hemos topado en tres ocasiones y las tres han sido derrotas con un promedio de goles para los ches de +6.
La única esperanza, en todo caso, es Arabia Saudita, a la que México se ha topado en cinco ocasiones (dos partidos amistosos y tres de la Confederaciones) donde el balance es positivo para los aztecas con cuatro ganados y un empatado.
Esos son los números, fríos y objetivos, que no saben nada de esperanzas, anhelos, buenas vibras y los mejores deseos.
Si lo analizamos con estas cifras, podemos esperar que México, con el nivel que mostró en la eliminatoria de la Concacaf, va a tener una muy corta participación mundialista.
Sin embargo, para lograrlo tendría que volverse buenos para el futbol en siete meses, algo que me parece altamente improbable pues, después de todo, no pudieron hacerlo en no sé cuántos años.
“Bueno… lo intentamos”.
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