“Enseñas lo que sabes, pero multiplicas lo que eres”, dice un pensamiento que leí en un libro el otro día.
Nuestro entrenador Tomás Castañeda no es de muchas palabras, pero su ejemplo ha sido más que suficiente para formar a muchos corredores, e incluso, a otros entrenadores.
En general, el deporte del maratón es un gran maestro de la vida, de esos que nos enseñan tantas cosas sin necesidad de palabras.
Claro, por más que tengamos un gran maestro, dependerá de nosotros saber asimilar esas enseñanzas y volverlas parte de nuestra forma de vida.
Cada uno de nosotros vivimos un proceso diferente, desde que iniciamos en esta actividad hasta que nos convertimos en corredores de maratón.
Empezando por lo más básico, que es el cuerpo, nuestro organismo necesita tiempo para adaptarse a correr distancias largas, esos cambios fisiológicos se dan para cada uno de nosotros en tiempos distintos, ninguno somos igual a otro, debido a esto no podemos compararnos con nadie, él y sólo él nos dirá cuándo es que está listo para afrontar un maratón con éxito.
Nuestro entrenador siempre nos dice: “Aquí no hay magia” y cuánta razón tiene, los resultados no se obtienen de la noche a la mañana, se consiguen entrenado continuamente, sin excusas, a veces sus alumnos le preguntan que se tiene que hacer para correr mejor y él responde, “¡seguir corriendo!”.
Sus tiempos como corredor lo avalan, su disciplina, saber que los mejores entrenadores de Nuevo León han surgido de su equipo, y claro, que cuando te da tu plan de entrenamiento, si lo sigues al pie de la letra como él te lo indica, los resultados llegan sí o sí. Ante esa evidencia, qué necesidad tiene de decir tantas palabras acerca de su trabajo.
La parte mental sabemos que es igualmente importante a la hora de enfrentarnos a una distancia de 42 kilómetros, esa también se fortalece a medida que pasa el tiempo, cada recorrido largo, cada mañana en la pista, cada incomodidad que superamos, en fin, cada paso que damos nos va haciendo más fuertes y resistentes que el día de ayer.
Además de lo anterior, está lo que cada quien tenemos dentro, diversas experiencias personales que cada uno llevamos en nuestro currículum de vida, cada cosa que nos pasa cuando corremos un maratón, van sumando sabiduría a nuestra cuenta.
Poco a poco nos iremos dando cuenta que lo que hacemos dentro de las horas de entrenamiento, se empieza a trasladar a nuestra forma de vivir el día a día.
La disciplina, la paciencia, el ser ordenados y comprometidos, todo eso y más te lo va dando el tiempo, no hay atajos ni fórmulas mágicas.
En lo personal, me tomó tiempo comprender que el proceso sería largo, que no podía saltar ningún paso, pero cuando lo entendí, pude ver que lo que conseguía sería estable y necesario para mantenerme siempre dentro de este deporte.
Al mismo tiempo, así como aprendemos de nuestros maestros y entrenadores, también tenemos la responsabilidad de ser buen ejemplo para otros corredores que apenas inician, porque “enseñas lo que sabes, pero multiplicas lo que eres”.
Corredora de diferentes distancias y maratonista desde el año 2009 a la fecha, y cuenta con maratones nacionales e internacionales. Colaboró como columnista en el periódico El Horizonte.