Un equipo robusto como lo es Tigres no puede alcanzar de esa manera un pase a semifinales y más si tu rival está peor que tú.
Una máquina que por nada no y deja tendidos a los felinos gracias a los descuidos y a la falta de actitud.
Una expulsión innecesaria (plancha en un sector del campo en una zona no peligrosa), un error en una salida que provoca el gol en contra (error porque desde niño te enseñan a nunca salir hacia el centro del campo y menos meterte a tu área).
Así no se puede.
Haciendo tiempo el equipo desde el inicio del juego y fingiendo faltas, eso no es el perfil Tigre.
Despejes de la defensa cortos que entregaban en el balón al rival en zona comprometida.
Lo mejor Nahuel, que volvió a salvar a Tigres.
El acomodo en la contención de Pizarro en el complemento controló a la máquina y Soteldo en la retención y salida le dieron vida a Tigres.
Quiñones no puede estar reclamando y fingiendo en todo momento.
Esto es una liguilla Tigres y, como tal, saquen ese perfil que tanto se promueve para que no se sufra de esta manera. Ahora sigue el Atlas, que, sin duda, no perdonará como lo hizo Cruz Azul. Los rojinegros aprovechan las que tienen y se defienden mejor que nadie en la Liga MX.
Los equipos que quedan no perdonan así que si quieren dar una vuelta olímpica hay que aplicarse y, como dice su técnico, estar enchufados, porque si no lo hacen simplemente harán corto circuito.