Como el corrido de la Rosita Alvírez, así fue el final de la Gran Final de la Liga MX.
¿Cómo fue?, “nomas tres tiros les dieron”. Pero igual como en el corrido, “Rayados andaba de suerte, de los tres “goles” que les anotaron, nomás uno era de muerte, nomás uno era de muerte”. ¿Cuál? El tercero.
De la ilusión a la desilusión hay solamente un paso, y el equipo del Monterrey no encontró como darlo para llegar a la ilusión, se quedó en la orilla, nunca llegó la hora, y como dicen “gracias por participar”. Ya llegará, la ilusión no se les acaba a sus seguidores.
Según señalan que la asistencia fue de más de 52 mil aficionados, pero creo se quedaron algo cortos, ya que entre la gente parada, la gente en los pasillos y la gente sentada en las escalinatas, fueron mucho más que la cifra oficial.
Posiblemente la ilusión de la afición rayada se incrementó al inicio del segundo tiempo, pues recordaban que fue en ese periodo de los partidos de Cuartos de Final y Semifinal que aseguraron su triunfo ante Pumas y San Luis; pero ahora no era ni Pumas, ni San Luis el rival, era un enemigo difícil de derrotar, de mucho oficio, y que supo controlar todas las ofensivas de Rayados.
No sé mucho de futbol, pero pienso que Rayados abusó del centro al área buscando la cabeza de Brandon o de Berterame para igualar el marcador, lo que nunca consiguieron, pues los únicos dos remate de cabeza, por cierto de Brandon, uno fue desviado y el otro el portero Malagón, simplemente lo dejó salir. ¿Qué faltó? Dicen los que saben, variantes.
Si algo hay que destacar, fue el golazo de Richard Sánchez, el tiro tres, que dio de lleno en el corazón de los más de 52 mil aficionados (cifra oficial), y el apoyo incondicional de los fieles seguidores del Monterrey a quienes la ilusión no se desvaneció hasta le silbatazo final.
Al salir del BBVA, me tocó ver muchas gente llorando, sobre todo niños y niñas, aunque no faltaron también muchachos y muchachas, quienes querían ver campeón a su equipo.
¿Qué se puede decir? Simple, el futbol es así, se gana y se pierde aunque la derrota duele más, pero perder luchando, reconforta , pues se hizo lo posible para salir avante, pero el de enfrente fue mejor, no superior.
¿Qué tiene qué hacer Rayados? Levantarse, sacudirse y a seguir luchando. Creo que su afición es lo que se merece. Los refuerzos, las tácticas, las formaciones, ese es otro tema que los dirigentes tendrán que analizar. Lo de usted apreciable lector, es apoyar a su equipo favorito, lo malo es, que solo hay un campeón.
Nos leemos el próximo año. FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO 2025