Esta vez voy a pecar de iluso al pensar que por tratarse del año que se está conmemorando el 50 Aniversario de las cuatro orejas que cortó mi paisano Curro Rivera en Las Ventas de Madrid, la empresa de la plaza, las peñas taurinas, las autoridades municipales y la afición de San Luis Potosí, su tierra adoptiva, anunciaría algunos homenajes en la próxima Feria taurina potosina del mes de agosto.
Pero no fue así, al menos hasta hoy.
Incluso, cuando en ocasión del aniversario que se cumplió el mes de mayo platiqué con el empresario Joaquín Guerra y con el gerente de la plaza, Ricardo García Rojas, les propuse como una simple idea que el cartel oficial de los festejos taurinos llevara la silueta de Curro Cumbre, pero lamentablemente la idea se echó en saco roto y en su lugar optaron por revivir una imagen que a simple vista parece ser la de Lorenzo Garza. Nada que ver…
Que triste y qué lamentable es que Francisco Martín “Curro” Rivera no esté siendo profeta en su tierra. Si bien nació en la capital del país, Curro siempre vivió y llevó en alto el nombre de San Luis en todas partes donde actuó.
La ocasión ameritaba que se le reconociera ese aniversario con una placa, con su familia presente, por ser el último torero mexicano en salir a hombros cortando cuatro orejas, una sola tarde en Madrid hace 50 años. Si para cortar una se ha necesitado de mucho esfuerzo de todos los toreros que han ido, imagínese lo que debe ser cortar cuatro en nuestros días. ¡Y Curro lo hizo!
La empresa debió organizar quizá un festival taurino en el que participaran sus ahijados y alumnos que tuvo Curro en la Escuela taurina de San Luis, con toreros como Jesús Torre, Víctor Santos, Fermín Spínola, Oscar López Rivera, Arturo Macías, José Luis Angelino e incluso invitar a su hijo el matador Rafael Rivera y a su sobrino Fermín Rivera. Material hay ¡y de sobra!
Además, teniendo ese maravilloso Centro Taurino Potosino enfrente de la plaza, bien valía la pena que las peñas taurinas de San Luis organizaran una serie de pláticas o coloquios en torno a la figura de Curro Rivera, pero hasta hoy todavía no se han pronunciado al respecto con algún homenaje.
Y le mentiría si mi romántico e inocente sueño no me llevó a pensar que también es justo que la administración municipal se hiciera presente, proponiendo el nombre de “Curro Rivera” a alguna calle o avenida principal cercana a la Plaza de toros, aún y cuando los tiempos no sean propicios con las corrientes de antitaurinos por todas partes. Pero alguien tendrá que hacerlo en algún momento y agarra al toro por los cuernos en este tema.
Es más, ya es justo también que la Plaza España, la que se ubica entre la de toros y el Centro taurino, tenga un nuevo inquilino perpetuado en bronce: Curro Rivera, con el “circurret”, haciendo compañía a las esculturas de su papá, el maestro de San Luis Fermín Rivera y su “riverina”, o a las de “Armillita” y Lorenzo Garza.
No sé qué está pasando con “los Rivera”, que tanto han dado a San Luis, pues hasta la Procesión del Silencio la importaron de España el maestro Fermín y doña Ángeles Agüero, el caso es que siempre he vivido con la imagen de que la plaza se llama “Fermín Rivera”, a la que luego le llamaron El Paseo, como en antaño.
¿Qué les cuesta identificarla entonces como Plaza de Toros “Fermín Rivera-El Paseo”? como sí sucede con sus toreros en las plazas de Monterrey y Tlaxcala, por ejemplo.
Se habrá fijado que, en su publicidad, los carteles de San Luis sólo dicen: “Plaza de toros Monumental El Paseo”, pero para el visitante que no conoce, no sabe en qué ciudad es, y para el muy taurino bastará con decirle que “Fermín Rivera-El Paseo” para que de inmediato la identifique como la plaza de San Luis.
Volviendo al tema, ¿qué se necesita para que un torero sea reconocido en su tierra adoptiva después de haber salido dos veces a hombros por la puerta grande de Las Ventas de Madrid y cortar, como he recordado, cuatro orejas en una sola tarde?
Cierto que en España recordaron que ese mismo día Palomo Linares cortó un rabo, y allá hicieron menos al mexicano al que ni mencionaron, ¿pero aquí?
Quizá faltan ganas, afición, echar pa´lante, proponer, buscar patrocinios, darse tiempo, querer a la tierra, querer a la fiesta, que las peñas taurinas trabajen más ‘en pro de ella’ y, sobre todo, que exista una verdadera prensa taurina que les haga recordar, a quien corresponda, que hay que tener memoria y reconocer aún después de muertos, a los que han dado lustre a San Luis.
Qué lástima, cómo me duele que mi paisano Curro haya pasado desapercibido en su aniversario y en la próxima Feria. ¡Al menos estando lejos, en otra ciudad y escribiendo para otros medios de comunicación, yo sí me acordé de él en ese día!
Hasta la próxima.
@martinbanda