Bueno pues ya quedaron las semifinales:
Monterrey va ante Pachuca y el América frente al Toluca.
Los Rayados sin jugar un gran partido pudieron vencer a un Cruz Azul que estuvo cerca de ponerlos en aprietos, pero al final el marcador reflejó un poderío que tendrá que ratificar ante los Tuzos. Ojalá no les pase lo que aquella vez que los hidalguenses festejaron en ese recinto un título y les dolió tanto a los de casa, como cuando Tigres dio la vuelta ahí mismo.
América pasó sin problemas sobre el Puebla y enfila al título, sin importar la coreografía que hay alrededor.
Hace semanas dijimos que el trofeo ya dice “América campeón” y todo lo demás es parte del entorno corrupto de esta liga de chiste.
Los Santos no pudieron ante el Toluca y se fueron como Tigres, con la cola entre las patas.
O los felinos no quisieron a Rayados de rivales o sencillamente no pudieron ante un equipo con mejor fútbol, más dinámico, con más fuelle y ganas de ser que el artrítico cuadro norteño que, por si fuera poco, no tiene entrenador.
Luego tienen refuerzos como Jordy Caicedo, González, o Soteldo, de esas negociaciones que históricamente se han hecho en esta institución donde los dirigentes se embolsan una lana, jugándole el dedo en la boca a la afición y a los dueños del equipo que saben de vender cemento, pero no de futbol.
Cuando Pachuca quiso aceleró, dejaron en el camino a Aquino que por poco se fractura la cintura con un amague del morenito atacante tuzo, centro, y la Chofis, ¡la Chofis! con todo y su cuerpo de boilercito, fue y les hizo el gol. Y adiós.
Pero no solo es que al equipo se le hayan echado los años encima. Es asunto de que sus futbolistas jóvenes tampoco saben mucho. Herrera no se dio cuenta que en el partido de ida, el Rayo Fulgencio –¿es madreada o apodo?— jamás pudo ante Kevin Álvarez; que cuando sacan fundido al lentísimo de Angulo, entra un balbuceante Tercero y en la primera acción Álvarez le gana la espalda, se planta en el área y le tira de tres dedos, abajo, al rincón, y saca Guzmán con apuros. El domingo siempre dio para atrás la pelota. Fulgencio tenía pánico encarar al lateral tuzo y mejor tocó atrás, siempre.
Sí, este equipo esta añoso… pero ¿Córdova? que se cae siempre, y Vigón?, Angulo? que corre tan veloz como una foca, y Fulgencio, y Thauvín y Caicedo, y López, y Quiñones, y Loroña, y Garza, y Lichnowsky y Samir…?
Tigres es una empresa privada y pueden seguir gastando su dinero en lo que se les dé su gana.
Lo que no se vale es que sigan jugando con la ilusión de su afición, su ingenua afición que les cree sus babosadas. Si supieran un poquito de futbol, hablando con el DT 10 minutos se darían cuenta que no sabe gran cosa y sus análisis se centran en “reitero, no anduvimos derechos y no metimos las que tuvimos”…
No hay necesidad de despedirlo. Miguel anoche firmó su renuncia en plena conferencia de prensa al culpar al equipo de su propia incapacidad para dirigir un equipo como ese.