Han pasado ya casi dos años desde que Samuel García anunció la construcción de un nuevo estadio para los Tigres de la UANL. En unos días, el gobernador con licencia se irá a buscar la candidatura de Movimiento Ciudadano a la presidencia de México, y ni una piedra se ha movido en el terreno donde se levantaría la nueva casa felina.
Desde aquella ceremonia quasi-faraónica en enero del 2022 que con su presencia validaron tanto la Universidad como Cemex, García y el controversial grupo constructor Juego de Pelota no han dado señales de que la obra vaya a comenzar pronto.
Hasta ahora, la prudencia se la lleva el congreso local, que a través de artículos transitorios “blindó” el comodato otorgado a Juego de Pelota agregando la necesidad de transparencia y rendición de cuentas al proyecto bajo advertencia de perder el comodato en caso de cumplir con el calendario de obras que se entregó en la solicitud de concesión.
Sin duda que el entusiasmo populista del gobernador influyó en que Cemex y la Universidad confiaran en la idea y avanzaran en lo que se supone sería un gran proyecto que potenciaría a Monterrey como la metrópoli con mejor infraestructura en el futbol mexicano.
Envíe un correo electrónico al diputado local Mauro Molano Noriega, presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano del congreso del estado, solicitándole una entrevista para conocer más detalles del proceso de transparencia y rendición de cuentas al que está sujeto Juego de Pelota como concesionario. No hubo respuesta.
Samuel García se va de candidato presidencial y la promesa incumplida del estado nuevo de los Tigres es uno de los menores pendientes que deja en su gobierno. La seguridad, la movilidad y el honor de la palabra son mas importantes. De cualquier manera, el que el anhelado estadio felino siga en sueños no deja de ser una bofetada a la afición incomparable.
De rebote
Una verdadera revelación mediática ha resultado Ricardo Ferreti en su nueva faceta como analista en ESPN. Fiel a su estilo gritón y maldiciento, “Tuca” demostró rápido que entiende el negocio del espectáculo deportivo, y nada tardó en apostar su bigote a que Tigres es bicampeón y ventilar los arreglos comerciales en la selección nacional.
Ferretti no tiene un pelo de tonto. Sabe a donde llegó y el impacto que tienen sus comentarios al interior del gremio futbolero. Su personalidad le ayuda para complementar la gran experiencia en la cancha y que ya logró, en otra jugada maestra de José Ramón Fernández, quien sin duda influyó en la contratación del “Tuca”, arrebatarle la efímera atención que logró TUDN tras la contratación de David Faitelson y André Marín.
Si bien dicen que más sabe el diablo por viejo, hoy ESPN ya tiene dos.