Sábado en la tarde. Fin de semana con un clima ideal para sentarse en EL SILLÓN del análisis y disfrutar de un partido que pintaba para ser el encuentro de la jornada por el choque de dos equipos que se habían enfrentado recientemente en una final.
Prendí la pantalla y empezaron las emociones, Rayados salió frenéticamente al ataque desde el minuto 1 y América replegado buscando el contragolpe. Ambos equipos con intensidad y precisión en sus toques demostrando la calidad de los nombres que identifican cada camiseta y respaldando el prestigio del escudo en el pecho.
¡Qué partido! ¡Cuánta intensidad! No quería despegarme de la televisión,. El ida y vuelta, los pases precisos, atajadas, emociones y sobre todo goles; ambos equipos remontando en su momento hasta que al final. El toque creativo se impuso, la calidad salió avante y Monterrey metió el gol del triunfo en el minuto. Penal polémico que provocó el palpitar de cada alma en el estadio y que floreció la emoción más grande vivida en la ciudad.
Triunfo hilarante y un fin de semana de ensueño. Conforme avanzan los minutos de mi sábado, veo el celular, abro las redes sociales y leo los comentarios de un partido aburrido, sin goles y sin deseos de jugarse. Monterrey califica al repechaje en un lugar deshonroso de la tabla general de puntos.
¿Qué partido vieron? No lo entiendo, porque me emocioné tanto, que goles vi que los demás no. Abro de nuevo mi computadora y en el navegador me doy cuenta, estaba viendo el partido de semifinal cuando Mohamed llevó a la final a Rayados. Qué partido aquel día.
Busco el juego de este sábado y logré encontrar la cura para mi insomnio. Qué diferencia de equipo. Al Rayados actual se le cataloga como el más caro y de mayor calidad; lo comparo línea por línea y no encuentro comparación.
La calidad, precisión, el toque y la capacidad de generar jugadas de gol y concretarlas es abismal. Carlos Sánchez, Gargano, Neri Cardozo y Edwin Cardona, Basanta, Pabón entre otros, tuvieron en ese torneo la oportunidad de comenzar una dinastía. La historia los juzgará de por qué no lo hicieron, pero decir que el Rayados equipo es el mejor, es insultante.
Lo único constante en mi confusión de épocas fueron las fallas de Funes Mori. Aquel día falló cuarto claras al menos de gol; ahorita falla menos porque tiene menos balones que fallar. La falta de creatividad en el medio campo, la poca astucia de Charly y Ponchito, y el nulo juego de Vergara aunado al bajón de MaxiMeza hacen a este equipo soso, aburrido y con pocas oportunidades de meter gol.
Regresando al presente, Rayados puede campeonar de una sola manera: meter un gol antes que el rival y defenderlo a muerte, no veo más.