Qué domingo, mejor no podía ser, claro, estamos escribiendo sobre futbol, dos Finales de primer nivel; primero, España-Inglaterra y más tarde Argentina-Colombia. Dos auténticos partidos de campeonato.
España-Inglaterra
Posiblemente para usted, amable lector, no fueron los equipos que usted hubiese preferido, pero a esos partidos, con todo respeto, no se llega por preferencias sino por su calidad futbolística; claro, estaban Alemania y su localía, Italia, el anterior campeón, Francia, un indiscutible candidato, Holanda y algunos otros, pero los mejores fueron España e Inglaterra.
Un favorito marcado no lo había, si acaso podíamos suponer que España por su paso en las diferentes etapas , había practicado, si no el mejor futbol, un jugo alegre, incisivo y siempre buscando la portería contraria. Por el otro lado, unos ingleses que no se daban por vencidos aunque el marcador les fuera adverso, y la muestra la dieron en sus dos últimos partidos, ante Holanda y España, nunca se sintieron derrotados.
Y a unos escasos minutos estuvieron a punto de llevar el partido de la Final a tiempos extra, pero una salvada milagrosa de Dani Olmo, los dejó con un sabor amargo; habían empatado el partido al minuto 73, España les anota a los 86’, y se en el tiempo agregado, se da la jugada del campeonato.
Sin discusión, digno y merecido campeón, España. “Ha muerto el rey, que Viva el Rey”.
Argentina-Colombia
Ya por la tarde-noche, la otra Final, la de la Copa América, enfrentaba a dos selecciones de muy alto nivel, Argentina, la más ganadora de esta Copa y Colombia, la que ofrecía el mejor futbol del torneo. Sin duda se esperaba un gran partido y no nos hizo quedar mal. Otra gran Final.
Un partido que estuvo muy cerca de no efectuarse, ya que el sobrecupo era evidente y muy peligroso, los comentarios eran en el sentido de no llevarla a cabo, ya que muchos aficionados ingresaron sin tener el boleto de acceso, muchos otros con boleto duplicado y eso provocó tensión y un gran desorden, pero finalmente y tras un retraso de poco más de una hora, inició la Final.
Noventa minutos de mucha intensidad y pocas oportunidades de gol, lo que llevó el encuentro a tiempos extra, no sin antes poner al filo de la butaca a los seguidores de la Albiceleste, cuando Lionel Messi tuvo que salir de cambio al minuto 66, lesionado de su tobillo derecho que le impedía desarrollar su clase. En ese momento, toda Argentina temblaba.
Y llegaron los tiempos extra, y de la banca tuvo que salir nuevamente el “salvador” del mediocre argentino pseudo entrenador, el goleador Lautaro Martínez, quien al minuto 112, tres antes de tener que irse a los tiros de penal para definir ganador, anotó el gol con el que Argentina se coronó.
Ganó el equipo que supo utilizar su experiencia en estas lides, el equipo que supo dominar su estado emocional, al estilo de ellos, utilizando todo tipo de recursos para controlar el ímpetu del adversario y llevar el partido a los terrenos que dominan, “cancheros”, “tiempistas” y “cazando” la oportunidad para el golpe definitivo, golpe que les dio el título y el bicampeonato.