Contra las críticas de los expertos de los medios deportivos, la mercadotecnia de los directivos del futbol mexicano se ha vuelto a imponer en este torneo “Grita México”. Y ello gracias a la enjundia con que los equipos han saltado a la cancha la noche del sábado en busca de lograr su pase a los cuartos de final, logrando emocionar a los 80 mil aficionados en el estadio Azteca y a los 50 mil en el Jalisco, además de los millones de espectadores en la pantalla televisiva y las redes sociales.
Ese “genio directivo” ha derrotado otra vez a la justicia deportiva al borrar los Pumas de la UNAM las aspiraciones campeoniles de las Águilas del América y el buen trabajo de su entrenador Santiago Solari, a pesar de que el equipo de Televisa se llevó de calle las 17 jornadas al sumar más puntos que el resto de los competidores, en tanto que los del Pedregal de San Ángel clasificaron de panzazo con muchos apuros en el último partido, al no ganar ni empatar San Luis Potosí ante Santos de Torreón.
Ahora los felinos han demostrado ser la escuadra que mejor cerró el torneo, con una garra que les permitió superar las deficiencias que mostraron al inicio del torneo. Y dada la calidad de juego con que se enfrentó al América anoche, después de un primer cotejo de cuartos de final aburrido y muy cerrado, ahora, con un 3-1 contundente, ha levantado la mano en su afán de ceñirse el cetro si le permite llegar a la gran final el Atlas, que, tras 17 años ausente de la fiesta grande, también quiere el gallardete de la mano de su entrenador Diego Coca, contando con el mérito de haber dejado fuera a los Rayados de Monterrey en dos partidos que se definieron en empate: el primero sin goles y entre abucheos en casa de los albiazules, y anoche con un polémico penalty ejecutado por Julio Furch en el primer tiempo que los hizo jugar al contragolpe y guarecerse de las lluvia de centros al área, con una actuación sobresaliente de Quiñones y de su portero el colombiano Vargas, quien finalmente sucumbió ante un cabezazo de Ponchito González al 72.
Es increíble, por otra parte, cómo Televisa hizo a un lado el partido América-Pumas y no transmitió por el canal de las estrellas el juego electrizante que merece ser premiado por la misma FIFA, como ejemplo de lo que es una confrontación de profesionales de la cancha. Intenso, sin pausas adormecedoras ni engaños, y con la mira puesta en ganar, ambos equipos lograron la aprobación de sus seguidores y de quienes, sin apostar por sus colores, pulsaron los méritos de los protagonistas en su entrega durante los 90 minutos.
Y da gusto ver los rostros jóvenes de los triunfadores al ser enfocados por la cámara. Revelan un futuro de mexicanos que corresponden a la apuesta de sus dirigentes para competir con una nómina baja, pero compensada por la bravura de quienes no quieren ser jugadores del montón. Como Alan Mozo, sobreviviente de las críticas por su comportamiento no muy edificante fuera de la cancha, pero que anoche dejó muestras de los quilates y capacidad de su juego. Por eso festejó como si fuera el autor del tercer gol, porque se dio cuenta de lo que valió su centro medido a la cabeza de Higor Meritao, equivalente a un 80 por ciento de la anotación.
Al equipo dirigido por Andrés Lillini le faltó contabilizar otro gol al minuto 68, al salir desviado ligeramente el balón de cabezazo sobre la portería de Memo Ochoa. Pero el entrenador ya ha conseguido dejar su nombre en los archivos históricos del club unamita, porque ha hecho mucho con poco en cuanto a recursos económicos se refiera, y también es digno de ser mencionado el “puma eterno” Miguel Mejía Barón, porque algo ha de haber contribuido desde su llegada a este festejo, aunque él pueda atribuirlo a una circunstancia fortuita. Por algo lo contrataron al dejar a Tigres y separarse de su gran amigo “Tuca” Ferreti.
Por su parte, Javier Aguirre, a sus 62 años, deberá sumar otro descalabro en su carrera de entrenador. Y habrá qué ver cómo responde a las críticas de los medios y al fanatismo de los más aguerridos seguidores del Monterrey que calificarán como fracaso su actuación al frente del equipo y saldrán con su cantaleta de “fuera, fuera, fuera”. Empezó con un promisorio desempeño al dirigir a un conjunto plagado de estrellas nacionales y extranjeras, y no hay que olvidar que lo tiene en la esperada fiesta de otro Mundial de Clubes, pero hay gente de aquí que no perdona el desabrido juego de las últimas jornadas del torneo “Grita México” y quedar al margen de la gran final. ¡Otra vez será!