La verdad nunca tuve intenciones de ir al Mundial de Qatar 2022, y después de conocer a los rivales de México en el sorteo, ¡menos! aceptaría la propuesta de un patriótico compadre que tengo y que se quiere gastar sus ahorros para hacer corajes como cada cuatro años.
Me dice que vayamos a seguir a la selección como diversión a un país árabe de primer mundo. Lo pensaría si en el octagonal de Concacaf hubiera visto un poderoso equipo tricolor ganando y gustando, pero no, el entrenador “Tata” Martino se tambalea en el puesto por el ridículo que hizo en la última fase clasificatoria.
Como no lo hacía desde hace muchos años, esta vez vio los últimos tres encuentros contra Estados Unidos, Honduras y El Salvador. Y pudiera apostar que en Qatar 2022 México perderá contra Argentina y Polonia, si no es que también con Arabia Saudita, o de consolación ese juego lo empatará o ganará.
Por eso ni loco gastaría por viajar a esta Copa del Mundo, como tampoco he ido a las recientes anteriores como turista-aficionado. Fui a México 86 e Italia 90 como enviado especial, acreditado como periodista sin comprometer mi patrimonio familiar.
Otro punto, si se trata de ir por diversión y con la familia, propuse a mi compadre -si Dios nos lo permite- asistir a los Juegos Olímpicos de París 2024, cuya inauguración será abierta al público y gratuita en el río Sena, misma que se antoja será majestuosa.
¿A dónde me gustaría ir para agarrar unos quince días de vacaciones divertidas: a Qatar o a Francia? A recorrer las calles y barrios parisinos; sus famosos museos privados y monumentos públicos; sus restaurantes y jardines, y sobre todo tomarte una copa de vino a los pies de la Torre Eiffel. Creo que la respuesta es obvia.
Además quitaríamos el factor enfurecimiento, porque seguramente en Qatar México no jugará el soñado quinto partido, porque se quedaría fuera en la primera ronda o, milagrosamente, pasaría de panzazo a la siguiente.
Así que, para corajes, mejor los hago en mi casa, frente al televisor, con una carne asada y unas cervezas heladas y un mejor tequila. ¡Salud!