Da gusto que los equipos de la ciudad sigan poniendo en alto los nombres insignias de sus empresas: Femsa y Sinergia Deportiva. Tanto en el futbol varonil como en el futbol femenil sin negar lo hecho por el representativo de basquetbol y ahora el del softball femenil, que tiene a los Sultanes cerca del cetro, si logran vencer a las Charras de Jalisco.
Pero lo hecho por los Rayados de Tano Ortiz en la liga merece replicarse en todos los medios para que retumbe en las demás plazas de futbol mexicano. Y de lograr un juego contra el Miami de Messi, la resonancia nacional valdrá la pena como anticipo del timbrazo que significa un Clásico Regiomontano.
No se debe presumir más de la cuenta, es cierto; pero sí se vale refrendar los éxitos sin otra intención que aplaudir el esfuerzo de una organización local y el papel de los protagonistas en la cancha. Por eso el nombre de los Rayados de Monterrey acapara ahora el primer lugar también en cuanto a asistencia de sus seguidores en el estadio BBVA, seguido del otro equipo de casa, Tigres, cuyo eco de fiesta retumba en cada partido que se juega en el Universitario.
Tal éxito repercute positivamente en la taquilla, no cabe duda. Sin embargo, hay que reforzar la idea de un buen comportamiento en el triunfo y en la derrota, sobre todo en el Clásico que se avecina para que los resentidos de la capital mexicana no aprovechen cualquier resquicio malo para demeritar lo bueno de los equipos de casa. Qué necesidad de una conducta reprobable como la que dieron algunos desadaptados que asistieron el martes 12 a ver ganar a los felinos al cuadro de Orlando y, aun con el 4-2 a favor, exhibieron el cobre con cantos homofóbicos para manchar la imagen de los Rayados, sin que viniera al caso tan deplorable desahogo de su euforia y ni si fuera fruto de su frustración, se justificaría.
Hay que dar siempre muestras de seres civilizados y de formación madura en las buenas y en las malas de un resultado deportivo, sobre todo ante la cercanía de la pelea por el titulo, que mantiene al América disputando ferozmente el bicampeonato, pero con unos Rayados punteros, en lucha por el desquite del fracaso en el torneo anterior. He dicho.