¿Cuáles son las posibilidades de que Tigres remonte el 3-0 en contra ante el Atlas, en la Vuelta de la Semifinal, el próximo sábado?
¿Uno por ciento? ¿Cinco por ciento? ¿10 por ciento?
¿En dónde radican esas posibilidades?
La clave parece estar en los últimos minutos del partido contra Cruz Azul, donde con 10 hombres contuvieron a la Máquina y llegaron con peligro sobre la portería de Sebastián Jurado.
Y también en los últimos minutos ante el Atlas, donde crearon y fallaron opciones de gol que pudieron haber al menos acortado el marcador.
¿Qué hicieron en esos lapsos de partido?
Tuvieron movilidad y llegaron con una mayor cantidad de hombres adelante, y el equipo jugó en un bloque compacto, con intensidad y actitud para moverse con o sin balón, y también para recuperar el esférico, tal como lo entrenan los equipos de Miguel Herrera.
Esa forma de jugar es la que ha logrado convertir en campeones de goleo a varios de los delanteros que han sido dirigidos por el “Piojo”.
A veces, los equipos suman jugadores al ataque y lo único que hacen es amontonarlos, en cambio, la movilidad de los Tigres crea espacios.
El riesgo es que al sumar más hombres al ataque, se pueden generar espacios atrás, y si el equipo no alcanza a reacomodarse al ser atacado, lo pueden tomar mal parado y hacerle otro gol, como sucedió.
Ante la idea de buscar un mayor equilibrio defensivo, quizá desde mitad de torneo, los Tigres dejaron de atacar con más hombres, para no descuidar atrás, pero disminuyeron las opciones de gol al frente, y también la cantidad de goles.
El buen momento de sus delanteros, sus hombres con llegada por las bandas y sus arietes, sin embargo, lograron marcar diferencias. Aunque poco a poco, los rivales empezaron a cortarles ese circuito.
Lo que está claro es que ser conservador, tratar de priorizar la defensa, no es algo que domine ni sienta el equipo.
Tigres tendrá que regresar a lo que le ha dado éxito a Miguel Herrera, como lo recordamos en sus mejores épocas en Atlante, en Rayados…
Quizá lo tenga que hacer el “Piojo” es perfeccionar ese estilo de movilidad al frente, con una mejoría en la recuperación del balón…y no renunciar a él buscando más solidez atrás.