La raza se retrató en la tienda rayada para comprar su camiseta oficial, con cuellito rojo, porque sería absurdo ir al estadio con la del año pasado. Ni lo mande Dios.
La raza futbolera regia es como la de los Toros, se ponen botas, jeans, sombrero cordobés, chaleco de cuero y un paliacate rojo, además de un puro, para que la gente vea que eres fan de la fiesta brava, aunque no distingan un verónica de una chicuelina.
Así acá, si no traes la camiseta nueva, te sientes en fuera de lugar.
Como que todo mundo te ve como pobre y eso un regio no lo permite. Primero muertos, que vernos mal.
Así llegaron al domo de acero que es un sauna, pero la raza rayada no permite que les rayen sus libretas y por eso le silbaron a Jordi. Tú les puedes decir lo que quieras a tu equipo, a tus jugadores o tu estadio, pero no permites que alguien los toque… aunque sea cierto.
La escuadra rayada volvió a mostrarse como ese juego de fecha 1 en Hidalgo, donde fueron una verdadera romería, Morelos en domingo, donde los tucitos les entraron por todas partes, pero con mala puntería.
El DT no corrigió porque no sabe cómo.
Volvió a poner a Rodríguez solo, nada más para ratificar algo que sospechó en el primer juego: Que los buenos eran los que le ayudaban en la aduana con el cobro de paso, no él. Solo, volvió a sufrir.
Lo escoltaban tres volantes que no saben de marca, corren, van y hacen como que amagan, pero no atoran a nadie.
Sacó al que se equivocó dos veces y dejó el hueco atrás.
Toda la zaga fue exhibida por un equipo muy ordenado al que enfrentaron.
En la fecha 2 ó 3 del torneo pasado, me pidió un amigo, fan cementero, que si le podía decir cómo veía a su Máquina. Le dije: ‘déjame verla con una lupa y te digo’.
Justo esa jornada vi uno de sus juegos y me sorprendieron los ajustes y retoques que le dio Anselmi con dos centrales nuevos; una media cancha aplicadísima en la marca y el desdoble, y dos laterales (Rotondi y Rivero) que llegaban y llegaban cuantas veces lo intentaban, desbordando o disfrazándose de volantes para llegar tras el eje de ataque.
Nunca se las olió el entrenador de Rayados.
O su departamento de análisis e inteligencia (suponiendo que existiera) no le dijo o él no sabe leer los partidos, el caso es que les pusieron un baile fantástico.
Su equipo no tiene pies, ni cabeza. Es una verdadera vergüenza y lástima, porque tiene algunos muy buenos jugadores todavía, pero que la torpeza de su entrenador, exhibe a todos.
Si no puedes hilvanar tres pases porque a tus jugadores les pesan los aguacates y no quieren mostrarse para pedirla, es todo un tema. Si cuando se te echan encima nadie marca y luego los de atrás pagan el pato, tiene que ver con la falta de actitud, de solidaridad, aplicación, para apretar en serio, no verlos pasar y dejar que allá atrás se arreglen aquellos.
Yo pensé que los directivos iban a corregir al final del torneo pasado, pero alguien está enamoradísimo de alguien, que no quieren proceder.
Aunque otras veces lo hemos dicho: Para detectar que su DT no sabe, ellos deben saber… y no es el caso.