En Querétaro la suerte o buena fortuna no estuvo del lado de Tigres, además de que volvieron a dar un juego con un sinfin de centros y balonazos “al ahí se va”, a ver que salía.
La buena fortuna los abandonó totalmente, pues Córdoba, “el amuleto del gol” en el cuadro felino, tuvo al menos tres balones, que sin ser asistencias o fruto de un futbol creativo, los remató, pero sus disparos no tuvieron una buena dirección, como en otras ocasiones.
Hubo dos acciones fortuitas para este partido que se esperaba fuera un triunfo sin problemas para el cuadro de San Nico, a saber:
* Un desvío desafortunado de Guido Pizarro a disparo de Gallos, que dejó sin oportunidad a Nahuel Guzmán, para evitar se colara en su portería.
* Y la otra, una falla increíble de un tiro penal en el minuto 43 primer tiempo por parte de Nico Ibáñez, que hubiera significado el empate antes de irse al descanso. Si se anotaba ese penal, seguro hoy estaría redactando una crónica diferente.
Y respecto al futbol creativo, Robert Dante Siboldi desesperado al no lograr el ansiado gol del empate, realizó cambios para ir con todo al frente, pero sin mostrar claridad ofensiva, salvo muchos centros y balonazos al área del Querétaro, esperando que un remate que terminara en gol, más la buena fortuna no se hizo presente, y la defensa de los Gallos y su arquero resolvieron todos esos balones de los Tigres.
La única jugada con una clara intención ofensiva, fue la del gol del empate, en un avance de Tigres, Vigón recibió un balón desde fuera del área y lo filtró en un perfecto pase o asistencia a Ozziel Herrera, quien con potente disparo logró el gol que salvó de la derrota a su equipo.
Se podría decir que fué un partido ofensivo y con mucha garra de los Tigres que buscó el empate y el triunfo, por los constantes centros y balones al área de los Gallos. Pero esa es una falacia, pues el dominio y superioridad en la cancha se logra con un futbol a la ofensiva con ideas para lograr asistencias y opciones claras de gol, y no con “emocionantes” balonazos “al ahí se va”, rogando que saliera algún balón rebotado o perdido, o un error de la defensiva que permitiera remates fortuitos que terminaran en goles.
Por otro lado, se reconoce la actitud de ir con todo al frente del equipo de San Nico en busca del triunfo, pero dejaron espacios al rival que le permitió llegar con peligro ante el arco de Nahuel Guzmán.
Hoy, como escribí al principio de esta crónica, la suerte no estuvo del lado de los Tigres en este partido, porque se esperaba lograran una fácil victoria.
Cómo nota adicional, termino escribiendo que el Querétaro les robó dos puntos, tanto a Rayados como a Tigres en sus últimos dos partidos, que dejaron un mal sabor a sus aficionados.