“Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una parte del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”. John Donne
Con esta frase abre la novela “Por quién doblan las campanas”, de Ernest Hemingway
De alguna manera todos somos Rogelio Funes Mori.
Cada vez que alguien se revindica es un triunfo de la humanidad, porque todos somos parte de la humanidad, porque todos tenemos pendiente algún faceta de nuestra personalidad por mejorar.
Todos tenemos una piedrita que nos molesta desde hace tiempo.
El gol de Funes Mori, el viernes, para completar la remontada de los Rayados ante el Los Ángeles F.C. representó una gran noticia para el Monterrey.
Pero en especial un gran alivio para el delantero argentino naturalizado mexicano, cuya imagen, cuando salió de cambio al minuto 89, en el Clásico ante los Tigres, nos dejó muchas interrogantes.
Porque fue relevado por el juvenil Alí Ávila, cuando se supuestamente se acercaba el momento donde el equipo más lo necesitaría: la definición en penales.
La imagen fue impactante. Nos mostró a un Funes Mori derrotado, cabizbajo, en silencio, sin un mínimo signo de rebeldía ante la crisis deportiva que vivía.
Cuestionado por no aparecer en los momentos claves, Funes Mori es el máximo goleador en la historia de los Rayados.
Pero parecía que su destino sería tarde o temprano la banca, ante la recha goleadora de Germán Berterame y la llegada del español Sergio Canales.
El destino tiró los dados y Funes Mori mantuvo la titularidad ante la lesión de Berterame, que lo puede dejar fuera casi todo el torneo. Incluso, durante la pretemporada se rumoró que el delantero histórico podría ser negociado a otro equipo.
Este viernes ante LAFC, sin embargo, Funes Mori salió contra actitud, y tuvo su premio, pues a los 88 minutos contrarremató un balón rechazado por el arquero, a tiro de Jordy Cortizo. Representó el 3-2 que mandó a los Rayados a la Semifinal de la Leagues Cup.
La manera que sus compañeros y cuerpo técnico celebraron con él, demostró que saben lo que ha vivido en los últimos tiempos.
Porque todos tenemos nuestros propios fantasmas, cuando alguien como Rogelio Funes Mori, vence los suyos, es un triunfo de todos, una demostración de que todos podemos vencer a aquello con lo que lidiamos desde hace tiempo.
Sólo él sabe los fantasmas que habitan en su interior.