Hago esta aserción general para llamar la atención de la FIFA, aunque ella ni en el mundo me haga. Y es a propósito del nuevo castigo de dos juegos sin afición que este organismo le impuso al Tri en plena eliminación mundialista por continuar emitiendo al saque de meta del portero rival la sonora onomatopeya “¡Eeeeeeh!”, seguida del popular concepto “puto”, adjetivo que para nosotros tiene mil significados, pero que ella lo considera un agravio que margina a personas.
Abordemos el asunto desde la Teoría General de los Signos: primero el concepto, entendido como la unidad más básica de toda forma de conocimiento humano que nos lleva a comprender las experiencias. Luego tenemos puto como signo lingüístico y al mismo tiempo significante, que es la imagen acústica que se nos viene en mente al ubicar un concepto. Pero éste tiene un significado, que será tal como aparezca en un diccionario y que para puto es prostituto, porque la Real Academia ni alusión hace a lo homosexual en su definición del término.
Existe un elemento más: el referente, y es por tanto el que nos permite exponer el concepto o signo puto con más de una interpretación, que de acuerdo con nuestra idiosincrasia puede significar amigo, jefe, menso, rajón, aprovechado, malcriado, mujeriego, exitoso, llorón, valiente, machín, cuerda, inteligente, bravucón, cabrón… En su libro “El significado del significado”, Kay y Armstrong (1923) ya trataban esta complejidad comunicativa, proponiendo el uso de su Triángulo Semiótico para entender la distribución e interpretación de los componentes que integran un signo como puto.
La intención del mensaje es otro elemento que debe revisarse al tratar un signo, ya que puede dársele un carácter connotativo al ser un concepto acogido culturalmente de múltiples formas por la sociedad. Otra aproximación científica al uso de puto puede ser desde las Representaciones Sociales, teoría que trata sobre códigos de comunicación común que nos hace entender el mundo en que vivimos. Si esto no le es suficiente al máximo órgano del futbol mundial para entender la singularidad de un pueblo, también podemos hacerle ver la Teoría de Estudios Culturales, que explora la forma en que se producen o crean significados y cómo se difunden en las sociedades.
El futbol es el deporte rey en muchos aspectos y lo sigue gente de todos los estratos, y ni modo que a la afición se le exija comportarse como en el golf, tenis o hípica; sería una aberración. Decía el teórico Marshall McLuhan que la evolución de la cultura existe a partir de la forma que toma para su comunicación y bajo esta sentencia, lo popular también es cultura y es lo que la Femexfut debe hacer valer ante la “puta” FIFA… ¡Eeeeeeh!
El autor es periodista deportivo desde 1988. Ha cubierto mundiales de atletismo, ciclismo, el Tour de Francia y cuatro Juegos Olímpicos. Es organizador deportivo, maestro en comunicación y doctorando en filosofía por la UANL, donde ejerce docencia e investigación.