Clásico en el Volcán, triunfo contundente 2 a 1, polémica incluida y un partido que parecía más parejo de lo que en realidad fue. Del lado felino claman paternidad en un estadio que por ahora siguen soñando, mientras los bigotones cabaleros luchan por no lucir sus 3 cabellos en el labio ganando un campeonato.
La emoción por ganar un partido a veces desborda la realidad, al igual que en el torneo regional, Rayados no ha sabido definir en los momentos mas apremiantes, solo ha aprendido a maniatar a su rival de la localidad.
Mientras en Columbus y Monterrey sucumbieron ante la velocidad de los de la MLS, cometieron errores aprovechados por los del fútbol exótico de calendario único que ahora estarán en una final de manera merecida.
Tigres es un equipo que se ha vuelto predecible, en proceso de renovación, con jugadores jóvenes y ya muy veteranos, todos saben a que juegan con Siboldi, saben sus carencias y virtudes, dependiendo del día pueden acabarte o simplemente sucumbir sin mayor pelea, por lo que Fernando Ortiz ha descifrado por ahora el priorizar el orden y toque antes que volcarse como loco al frente, superando en este recién terminado encuentro con una sensación de superioridad que hace años no se sentía.
La emoción de ganarle un partido al rival, con el peligro que te desnuden de nuevo en tu casa y con tu gente; debe ser mínima ante los hipotéticos ganadores que estén en la siguiente ronda, pinta para que Chivas, Cruz Azul y Pachuca continúen a las semifinales, equipos correlones, con jugadores jóvenes que no todos tienen el nombre de los equipos regios, lo suplen con físico e intensidad, peligro para un equipo como Monterrey que le duele igualar esas intensidades y en ocasiones no lo suplen con toques de buena técnica, provocando errores que lamentan al final de los encuentros.
Solo es cuartos de final, no hay nada que festejar, así como vencer a Messi y amigos no lo fue tampoco, las semifinales son el verdadero “coco” de un equipo cuyo entrenador no ha sabido exprimir técnica o tácticamente a sus 2 equipos de una carrera tan corta como publicitada.
El mentalizarse solo para lo más televisado, como Miami o Tigres no debe ser el camino para una institución cuyo directivo más fotogénico le gusta desnudar leyendas en conferencias de prensa, sin haber logrado algo como directivo, despedir a quien le ha traído la poca gloria a tu club, es un error que solo se repone con trofeos en una vitrina que no se ha agrandado por que no hay nada más que colocar por el momento.
Un partido, un triunfo, ventaja mínima, nada que celebrar; los bigotes son identidad como bien dice el “Tano”, no hay cábala que triunfe ante una mala planeación o una mentalidad que se derrita con un calor que la afición imprime ante el alcohol y las frustraciones de presumir más logros en memes que en vitrinas; solo son cuartos de final así que aún eliminando a tu eterno rival, no debería haber mucha alaraca, solo el campeonato es lo permitido, mientras desahoguemos frustraciones con un clásico más el domingo a las 9, horario ideal para llegar el lunes a la oficina con ganas nada.
Tiempo al tiempo, mañana nos seguimos hablando…
¡Saludos desde el sillón!