No se entiende la causa, motivo o razón para que Víctor Manuel Vucetich siga empecinado en darle la titularidad a su becado Maxi Meza.
Eso representa dar ventaja al rival, al prácticamente jugar en inferioridad numérica, o sea con diez jugadores en la cancha, pues el ex seleccionado argentino nomas está de adorno.
Si fuera beisbolista se le etiquetaría como aquel jugador que nomas no da una, de esos que “ni cacha, ni picha, ni fildea y ni sabe batear”.
Ante esta facilidad que dio el ‘Vuce’, el León hizo y deshizo lo que quiso ante la media del Monterrey.
Celso Ortiz se multiplicó para contrarrestar al vendaval leonés, aunque Romo si dio un buen partido tocando y pasando balones con algo de idea ofensiva en el 4-4-2 que aplicó el técnico rayado.
Sufrió el Monterrey cuando del León atacaba a placer ante una media desdibujada, y con un Meza perdido que no aportó nada a un juego de conjunto a la ofensiva y mucho menos en labores defensivas.
Tuvieron que pasar largos 70 minutos para que ‘Vuce’ rectificara y sacara a Meza y realizará los cambios que mostraran a un Monterrey con el poder.
Pero el León no tiene la culpa del planteamiento del técnico rival, y por espacio de 60 minutos apabulló a un Monterrey que, por fortuna, se salvó de recibir unos dos goles mas.
El León merecía ganar este partido, pero perdonó y se llevó un empate con sabor a derrota.
Los cambios de Aguirre, Cortizo y Duván Vergara dieron presencia y preocuparon al León, y esto se reflejó en un penal bien cobrado por Duván para lograr el ansiado empate.
Un Monterrey incierto el que vimos el domingo, y que el León puso en evidencia por qué está en el primer lugar del torneo.
Es preocupante para la afición rayada este tipo de actuación de su equipo, que no se mostró como el trabuco que debe ser, o al menos con idea de buscar la victoria con un buen futbol.
En fin, un empate inmerecido de Rayados, también con sabor a derrota.