Rayados firmó uno de esos partidos que impactan directamente en la psique colectiva…
De esos partidos que son capaces de transformar la configuración psicológica de una historia.
Victoria de 3-1 sobre el Inter de Lionel Messi, para avanzar con global de 5-2 a la Semifinal de la Copa de Campeones de la Concacaf.
El Monterrey saltó a la cancha en ese tipo de estados mentales que segregan la adrenalina necesaria para un actuar intenso, concentrado, en una estado ideal entre la serenidad y la alerta, el punto exacto para tomar decisiones acertadas.
Así, Messi poco pudo conectar con Luis Suárez o con otros de sus compañeros, asfixiado por un aparato defensivo donde Luis Romo se combinó con el español
Sergio Canales en la media de contención, asociados con lo defensas centrales
Víctor Guzmán y Stefan Medina, para cerrar los caminos por el centro.
Y cuando Messi se tiró a la banda, encontró la férrea marca de Gerardo Arteaga.
Los defensores albiazules estuvieron siempre atentos para anticiparse, recuperar el esférico o incomodar a Messi para que no pudiera hacer crecer la jugada. Incluso, “Lio” se enfrascó en una discusión con el lateral albiazul, y después le cometió una falta a Arteaga, donde el árbitro Iván Bartón le perdonó la tarjeta amarilla.
Lo que se suponía sería un partido de alto nivel de exigencia, terminó con una fiesta albiazul, mientras los jugadores del equipo visitante terminaban desesperados y enojados en la cancha.
Al minuto 31, Brandon Vázquez comenzó a darle forma a la historia, cuando aprovechó un regaló del portero Drake Callender, quien le entregó el balón en la salida. El delantero del Monterrey lo venció con un tiro al rincón.
Para entonces, los Rayados de Fernando Ortiz ya eran mejores, defendiéndose con la pelota ante el equipo dirigido por el “Tata” Martino, y que alineó también a sus figuras Jordi Alba, Luis Suárez y Sergio Busquets.
En el primer tiempo, Messi tuvo un par de disparos que pasaron afuera, luego el árbitro le anuló a Suárez un gol por fuera de lugar, tras pase de “La Pulga”.
Para el segundo tiempo, Monterrey incrementó su dominio, Canales, Berterame y Gallardo ejecutaron disparos que pasaron cerca o atajó el arquero.
Hasta Berterame, con un balazo a la entrada del área batió al ángulo la portería de Callender, al minuto 58, para el 2-0.Al 64´, Berterame envió un balón al área, donde apareció solo Gallardo para rematar de cabeza y hacer el 3-0.
En la recta final del partido, Ortiz buscó cerrar el juego enviando a Govea por Vázquez, a Garza por Romo, a Ponchito por Canales, a Cortizo por Maxi Meza, y al “Chespi” por Gallardo.El 3-1 llegó al 86´, con un pase de Messi que remató de cabeza Gómez.Desesperado el Inter, sufrió la expulsión de Alva, al 78´, por una falta, estando ya amonestado. Messi, quien fue abucheado durante el partido por la afición, mostró categoría en la derrota, al despedirse de mano de una buena parte de los jugadores rayados.
El Monterrey está en la Semifinal, pero más que el marcador, es muy importante la victoria psicológica de un equipo que históricamente ha sido señalado por sus altibajos en la mentalidad.
Este tipo de victorias pueden cambiar el configuración mental de una institución.