No se entienda mal el título de mi columna. “Voy por” significa apostar a favor de. Y, más claramente, ir a buscar a alguien. En ambos sentidos, pues, voy por Samantha Bricio, una excelente voleibolista mexicana que ganó el título nacional en diciembre con el equipo Dinamo de Kazán en la Súper Liga Femenil de Rusia. Pero es una lástima que los medios informativos más poderosos de nuestro país no se ocupen de “ir por” esta ejemplar mujer para entrevistarla y ponderar como se debe su mérito deportivo y femenino de jugar en un sitio tan lejano de donde nació, con una lengua extraña para ella y en circunstancias adversas por el inclemente frío y nevadas por aquellos lares.
Estamos alelados con todo lo que pasa en el futbol soccer, por pequeña que sea la noticia, como la del nuevo estadio de Tigres (¡no faltanba más!) o la que señala que nuestro paisano Andrés Guardado será el mexicano con más juegos jugados en Europa, al llegar casi a 500. No hay por qué minimizar la cifra. Sí, sí, sí, ¿y qué no hay otros ángulos informativos de otros deportes en que sobresalgan los nuestros y las nuestras? Ah, bueno, es que no tiene el sello del morbo como el que cubre el suceso protagonizado por el tenista serbio Novak Djokovic en Australia, donde fue frenado para entrar al no estar vacunado contra el coronavirus. Así es que es un filón de oro estar dale y dale en los medios con que debe esperar la autorización oficial.
También es motivo de reseña cada partido del nuevo torneo mexicano, o la frustrada llegada del brasileño Nino a Tigres, por qué no, con todas las aristas que da lo que ocurre en la cancha y fuera de ella. No hay purrún. Es lo de hoy y más cercano. Igualmente, el machacón acento sobre la asistencia el 5 de febrero por quinta vez al Mundial de Clubes de los Rayados de Monterrey. Aprobado. Máxime que se han cumplido diez años del debut de los albiazules en esta clase de certámenes internacionales y porque hay por ahí una moción de orden porque se empalma su salida con la definición del boleto de México para ir al Mundial de Qatar en noviembre próximo. Además, los regios prestan jugadores de élite a otros clubes sudamericanos que reclaman a sus seleccionados estén donde estén. ¿Con qué acudirá el conjunto del Cerro de la Silla a hacer frente en febrero entrante a verdaderas potencias mundiales si se llega a librar la primera fase de ese Mundial de Clubes? Por tanto, se vale chorrear materiales al respecto.
Se hacen recopilaciones de cuando Monterrey jugó por primera ocasión en la edición del 2011 en Toyota, Japón, y perdió en tiros de castigo (4-3) ante el anfitrión Kashiwa Reysol, tras un empate a uno en el tiempo regular. Ya se sabe que quedó en quinto lugar al ganar a Esperance de Túnez por 3-2. Y sobran anécdotas o entrevistas con algunos sobrevivientes de aquel diciembre del 11. Pero antes que nada están las novedades de lo que le espera a Javier Aguirre y sus dirigidos contra el Al Ahly de Egipto el 5 de febrero. De acuerdo. De acuerdo.
SAMANTHA BRICIO VALE ORO
Y ¿por qué no darle cuerda también a lo hecho por Samantha Bricio? Esa chica vale oro. Y nos hemos olvidado de ella. Por eso yo voy por ella. Hasta una historia qué contar y tantos aspectos humanos, familiares y profesionales que no se deben ignorar. Su equipo superó al Lokomotiv en tres sets, con parciuales de 25-14, 26-24 y 25-17 que significan mucho para los que sabemos un poco del voleibol. Pero fíjense ustedes que nuestra mexicana fue declarada la jugadora más valiosa de las Finales (Most Valuable Player). ¿Quieren más, periodistas y medios deportivos?
Sus 27 años de edad le auguran un futuro promisorio en este deporte, aunque no nos ocupemos más que de centellear un poco su participación en el equipo ruso donde lleva apenas dos temporadas. Nacida en Guadalajara (¡no te rajes, Jalisco!), ha sido becaria de la Universidad del Sur de California, e igual en las ligas profesionales de Italia y Turquía. Así es que no nos hagamos tontos y vayamos por ella. Es una mujer que no ha temblado ante los obstáculos en la realización de sus sueños en el voleibol. Pero habrá que saberse la entereza de otras paisanas que juegan en el extranjero como Jocelyn Urías en Austria, Melanie Parra en Texas, Marián Ovalle en Nuevo México, Ivone Martínez en Madrid, además de Karina Flores y Cecilia Ríos en Portugal. ¿No valdrá la pena, entonces, ir por ellas? Admirables no solamente por su estatura y por su talento, ellas también nos llaman la atención por su determinación de salir en busca del éxito a donde sea, siguiendo su vocación y metas trazadas en su cerebro desde niñas.
Por lo pronto yo voy por Samantha Bricio. Deseénme suerte. Gracias, raza.