Es una forma elaborada de arte plástico, ejecutada con todo el cuerpo y con un elevadísimo grado de dificultad. La chilena conjunta, en un solo movimiento, la levitación de los antiguos santificados, que caminaban en el vacío, y la pericia de los cirqueros punteriegos, que disparaban de espaldas al blanco, con la ayuda de un espejo. Es, en el futbol, el procedimiento más elaborado para direccionar un balón, con la mirada puesta en el sentido contrario del objetivo.
Se ha dicho que la aérea contorsión recibe su nombre del español nacionalizado chileno, Ramón Unzaga, jugando para la Roja. En otras regiones del mundo recibe el nombre de chalaca, chorera o bicicleta. El procedimiento exige una compleja maniobra, pues quien lo realiza debe hacer todo el número apoyado sobre el éter.
Para hacer la chilena el jugador tiene que invertir el mundo y, si lo consigue, será permanentemente recordado.
Aunque se han registrado decenas de vistosas chilenas, cada una más bella que la otra, todas igual de magníficas, en México recordamos las de Hugo Sánchez, que hacía cabriolas, primero con Pumas y luego con el Real Madrid.
Con los merengues ejecutó una de las más espectaculares anotaciones en la historia del deporte. Ocurrió el 10 de abril de 1988 en el Estadio Santiago Bernabeu, contra Logroñés. Lo que hizo el Penta, aquella tarde, da para una clase magistral de ingravidez.
Rafael Martín Vázquez, por la izquierda coloca la esférica en el aire. Y en un instante relampagueante, Hugol decide. Se encuentra un poco atrás del manchón del área, de frente a la jugada. La pelota viene hacia él como un globo y se acomoda, mostrándole el flanco derecho. Ajusta los tiempos, colocándose de espaldas a la puerta que defiende Juan Antonio Pérez. Da dos pequeños pasos alejándose de la pelota y, para calibrar el truco, con mayor precisión, da otros dos para retirarse del arco. La mira está bien ajustada y su reloj biológico le marca microsegundos.
Para interceptar el envío, el 9 se desmaya de espaldas, sobe una cama tendida por los vientos del río Manzanares. Al mismo tiempo, resortea, impulsando todo su cuerpo con la pierna izquierda. La rodilla, bien firme y coordinada con el tobillo, resiste el envión. Al tiempo en que la bota de apoyo se apresta a dejar el césped, la pierna derecha vuela plegada, para equilibrar la danza. El brazo derecho sube calmadamente, como si izara la vela y calculara la dirección de la brisa madrileña. La manga izquierda da un latigazo hacia abajo, para amartillar el arma, listo para descargar el tiro.
Ahora es el turno de la zurda prodigiosa, que también se acciona. Con la punta del pie de un último empujón hacia arriba y despega. Enfundado de blanco, Hugo ya ha dejado de sostenerse sobre la tierra, e inicia una dramática caída libre. Pero, igual que Nijinsky en sus asombrosos números de ballet, parece que no va a aterrizar nunca. Las reglas de la aerodinámica han sido alteradas. Aunque se ha tirado, asciende. Ya no ve la puerta, pero la tiene bien centrada en el radar. La mirada está fija en la esférica que cae lenta, como en un sueño. Las piernas se sincronizan, para hacer un perfecto movimiento de tijera. La derecha se flexiona, como un fuelle del que expulsa toda la energía, y el botín opuesto asciende veloz, como un bólido, para llegar a la cita con la de gajos. Las extremidades se agitan como un abanico de cuatro aspas. En la jugada que, de natura, debiera resolverse con la cabeza, emerge sorpresivamente un zapato que está donde no debiera, pues su lugar es en la grama. El empeine cachetea amorosamente la pelota que se anida con suavidad, cruzada, en el ángulo derecho de la meta de Pérez, que adorna la jugada con vuelo agónico, inútil, de mártir. Al terminar el trance, cuando el momento dorado se agota, el mexicano cae recostado en el flanco derecho, apenas amortiguando la caída con las manos.
La celebración es rutinaria: echa una maroma y levanta el puño derecho. Los compañeros lo felicitan y el graderío ovaciona a Hugol. Cuando termine el partido y vea la repetición, sabrá que en esa chilena voló hacia la inmortalidad.