El inicio no se pareció al final…
El duelo entre Rayados y América el miércoles por la noche, por suerte para los fans albiazules fue diferente, de gozo y esperanza.
En el inicio se manifestaron cuando el rostro del técnico apareció en la pantalla; ya lo habían hecho un rato antes con una manta afuera del Domo de Acero.
A su llegada, anticipamos que luego de dos o tres entrenamientos, Ramos pediría que le pusieran a Victor Guzmán al lado; por una causa u otra no había sucedido. Hasta esa noche en que colgaron el cero en el marcador y de pasó obtuvieron el triunfo ante un rival que los silbantes y sus porristas han ayudado a colocarlo en la cima y en el podio, cosechando copas torneos tras torneo.
La defensa albiazul y las lesiones de dos de sus titulares impidieron al América aspirar a llevarse siquiera un punto. El del silbato intentó echarles la mano con un penal inventado; la bandera arriba por fuera de juego de Reyes, evitó el drama.
Luego les anularían un gol por fuera de juego de Dávila que intentaba hacer las veces de un delantero centro, sin serlo y por ello las Águilas no se veían tan ofensivas. Fidalgo no podía solo y Zendejas intentaba en vano penetrar. Nunca pudieron.
Rayados en defensa y Andrada con dos o tres lances acertados impidieron el tanto de la igualada, como en aquella escapada de Zendejas que dejó atrás a Ramos y el arquero evitó con el pie el gol.
Fimbres, con Rodríguez, Deossa y Jordi trabajaron el partido para llevar el balón al frente en un primer tiempo infumable, convirtiéndose en una lucha sorda sin sentido alguno en medio campo.
Ocampos no es el de los primeros duelos. Él ya jugó bien sus primeros tres o cuatro partidos y ahora se dedica a ver el juego desde la cancha; De la Rosa es un muchacho con más dudas que certezas y ni él se la cree que puede.
Como que no confía en sus habilidades, si tuviera alguna. Si no está Canales, habría que agradecer a quien decidió traer a Deossa que puede ayudar a la directiva a postergar apagar el fuego, tranquilizar a la gente y ayudarle a la directiva ahorrarse unos cuantos millones de dólares de liquidación para el cuerpo técnico.
Como que pueden esperar unas semanas más para tomar una decisión cuando no pase nada en Liguilla y entonces sí arreglen lo que haya qué arreglar. Esa noche Deossa y Andrada le echaron la mano al DT.
Monterrey ganó gracias a el buen desempeño de algunos de sus jugadores, sin embargo, existe la sensación en mucha gente que los aciertos individuales de uno u otro han salvado el pellejo a su DT, no su talento para dirigir un grupo que debería estar en la parte alta de la tabla, no sufriendo para ver si juega el Play-In, o no.
Y los Tigres, bueno ellos pese a todos los pesares… ahí siguen. Tartamudeando, ganando con agallas el Clásico y luego sacándole un puntito al Pachuca, se mantiene en la pelea entre los primeros cuatro de la tabla.
No es una aplanadora, pero siempre será un rival complicado con una defensa porosa, donde entre Joaquin, Rómulo y Sánchez Purata les encanta ponerle emoción a las acciones y meter en un brete a su arquero, quien como ante Pachuca, les ayudó a mantener en cero el arco.
De en medio hacia arriba es difícil encontrarle forma. Gorri y Bruneta son los que siempre dan un paso adelante y los mexicanos (Marcelo, Antuna, Fulgencio, Vigón, Laínez, Herrera y Córdova) no se deciden.
Tienen años jugando como profesionales y siguen sin dar el tono. Ibáñez, intermitente, siempre… Impredecible.
Así, podrían no llegar lejos… pero no pasa nada. Ese equipo así es… un equipo, por ahora, secuestrado por unos cuantos vividores… A los dueños ni les gusta, ni le entienden, ni le saben. Ellos venden cemento; los directivos del equipo, ilusiones… y la raza les cree.